La responsable del juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, la magistrada Clara Ramírez de Arellano, dictó ayer in voce una condena de dos años y medio de prisión para el atracador de una gasolinera de Santa Eulària que el pasado verano fue detenido por la Policía Local un día después de este robo y cuando el sospechoso desvalijaba un coche. El ladrón fue horas antes al médico para ser atendido de un esguince ocasionado durante el atraco, momento en el que sustrajo un sello para falsificar recetas. Por este último suceso tendrá que pagar una multa de 240 euros. La juez ha tenido en cuenta en su sentencia, dictada tras una conformidad entre el fiscal y la defensa, las atenuantes de embriaguez, confesión y reparación del daño.
El acusado, un hombre con amplios antecedentes delictivos en la Península, intentaba rehacer su vida en Santa Eulària cuando en la madrugada del 6 de septiembre irrumpió en la gasolinera de la salida de Santa Eulària en dirección a Sant Carles armado con un cuchillo y enfundado con un casco de motorista que, según la investigación policial, había quitado de una moto con la ayuda de una cizalla. Una vez en la tienda de la estación de servicio, arrojó el cuchillo como amenaza y se apoderó de un botín cercano a los mil euros. Su huida se vio dificultada porque un cliente que entraba a comprar unas chocolatinas se enfrentó al ladrón, momento en el que este último se hizo un esguince y razón por la que horas después acudió al consultorio médico de Santa Eulària. Una vez detenido y en la dependencias de la Guardia Civil tuvo que ser evacuado al hospital tras intentó acabar con su vida. «Pido perdón por todo lo que hice. Llevaba un mes separado y sólo combinaba el alcohol con las pastillas. De lo del coche no me acuerdo y de la lo de la gasolinera tengo flashes», señaló el acusado tras conocer el fallo que se le iba a imponer.
El sospechoso, una vez atrapado, dijo a la Guardia Civil donde estaba el dinero, pudiéndose recuperar 700 euros, y ayudó en todo lo posible para el esclarecimiento de los delitos que se le imputaban. Ahora, sin embargo, tiene que hacer frente a los 250 euros que faltaban por recuperar y al pago de 31 euros por la ventanilla que rompió cuando fue sorprendido robando en un coche.
El acusado manifestó ayer su disgusto porque, según su versión, perdió un reloj de su propiedad cuando fue engrilletado por la Policía Local de Santa Eulària. La juez le explicó que estaba en su derecho de reclamar por ello.
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