EFE / BERLÍN

Un hombre de 33 años, identificado como Sven Kittelmann, fue condenado ayer a siete años de cárcel por el robo de 4,2 millones de euros, cuyo paradero no ha querido revelar pese a la insistencia de los jueces que lo intentaron con la expectativa de una posible reducción de la pena. El proceso, ante la Audiencia Provincial de Múnich, duró sólo un día y el acusado admitió los cargos desde el comienzo. La fiscalía había pedido una pena de ocho años y la defensa una de cinco.

La confesión normalmente hubiera significado una reducción de la pena pero los jueces consideraron que para que ésta fuera completa se requería una información creíble sobre el paradero del dinero. La historia contada por el condenado, según la cual habría entregado el dinero a una cómplice georgiana que luego había desaparecido, no fue aceptada por el tribunal.