El Cuerpo Nacional de Policía informó anteayer de la detención de seis trabajadores de un bar de Platja den Bossa por un delito de tráfico de drogas cometido en el interior del local de forma continuada, pero por el juzgado de guardia pasaron siete arrestados por este caso. El Ministerio Fiscal solicitó la prisión provisional incondicional para todos ellos y el juez de guardia la concedió.
A la hora de tomar la medida se tuvo en cuenta el agravante que supone en los delitos contra la salud pública el hecho de que, presuntamente, se valieran del bar de copas, el Manoa de Platja den Bossa, para vender la droga, lo que según la policía hacían en el baño del local una vez captados los clientes en la calles. Al parecer, el juez no ha ordenado el cierre del bar, puesto que los supuestos vendedores de droga ya están fuera de juego. Por su parte, el propietario del local, que dijo que este año no ha estado apenas en él, asegura que no conocía las presuntas actividades ilegales de los trabajadores.
La policía realizó las detenciones a raíz de una investigación iniciada tras una serie de intoxicaciones de turistas extranjeros detectadas en la zona causadas al parecer por un tipo de pastillas de éxtasis.
Llegaron a este local y detuvieron a dos de los encargados de seguridad y a cuatro relaciones públicas. No informaron acerca del séptimo detenido, de quien por tanto no ha trascendido su presunta participación.
Según la policía, los relaciones públicas se encargaban de captar clientes y las ventas se realizaban en el baño del local.
En el piso de uno de los encargados la policía encontró unos 40.000 euros en metálico y diversos tipos de droga, como hachís, cocaína y éxtasis en varias de sus modalidades.
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