Los trabajadores de la obra que se está realizando junto al edificio de Can Ventosa abandonaron el lugar en cuanto vieron el peligro y avisaron a todo el que pasaba por el lugar del peligro que corrían. La manguera de una botella de acetileno, hidrocarburo gaseoso extremadamente inflamable, prendió y el fuego se acercaba a la válvula de la bombona, amarrada a otra de oxígeno. Un agente de la Policía Local y dos del Cuerpo Nacional de Policía desalojaron Can Ventosa, apenas unas 25 personas, entre jubilados y trabajadores del centro. En previsión de males mayores, la Policía Local cortó el tráfico en el área.
Los bomberos señalaron que algunos habitantes de pisos cercanos también decidieron abandonarlos. Cuando los bomberos llegaron al solar -en el que la empresa madrileña Fatecsa construye un edificio, un centro comercial, aparcamientos y una zona verde-, no quedaba nadie dentro, todo el mundo se alejó a toda prisa del lugar. La botella de acetileno hacía el efecto de un lanzallamas.
Los bomberos pusieron en funcionamiento una manguera de 25 milímetros y lograron minimizar las llamas hasta que uno de ellos consiguió cerrar la válvula. Después, estuvieron enfriando las botellas -la de acetileno y la de oxígeno- para acabar con el grave peligro de explosión. Cuando los bomberos solucionaron el problema por completo, pasadas las 12,30 horas, llevaron las botellas, que forman parte de un equipo de corte y soldadura, avisaron a Carburantes Metálicos, que es la empresa que distribuye estas unidades con el fin de que las retiren y las examinen bien.
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