Los bomberos tardaron tres horas en declarar extinguido el incendio, para lo que contaron con la ayuda de medios aéreos.

El juez del Juzgado de Instrucción Número 4 de Eivissa, de guardia esta semana, ordenó ayer el ingreso en prisión de David C.M., el joven que se entregó a la Guardia Civil tras provocar de forma intencionada el incendio del pasado martes en Sant Antoni.

El acusado ingresó ayer el centro penitenciario de la isla con carácter provisional, pero de forma incondicional. Ni el fiscal ni el juez le abrieron la posibilidad de eludir la prisión mediante una fianza, a pesar de que el joven carece de antecedentes penales y cuenta con domicilio fijo.

El juez consideró que el delito cometido por el joven es demasiado grave como para permitir que permanezca en libertad hasta el día en que se celebre el juicio, que no tiene fecha establecida. David C.M. declaró ayer por la mañana ante el juez de guardia en el mismo sentido que lo hizo antes los agentes de la Guardia Civil que le interrogaron cuando se entregó. El acusado reconoció los hechos, mostró arrepentimiento y explicó que actuó movido por el resentimiento contra el ex novio de su madre.

Por el momento, David C.M. se enfrenta a una acusación por la presunta comisión de dos delitos, uno de daños y otro por incendio forestal. El primero se refiere a los cuatro o cinco vehículos -el número varía según las fuentes- y el segundo a los cerca de 4.000 metros cuadrados de masa forestal que ardieron en la zona del cementerio de Sant Antoni, en las inmediaciones del cruce a Cala Gració que nace en la rotonda. Por estos delitos, el joven podría ser condenado a varios años de prisión. El número de años dependerá de si durante el juicio se considera o no probado que hubo peligro para la vida de las personas.

Además de dar fuego a un coche que estaba estacionado bajo un árbol en una zona semiforestal, David C.M. cometió otras torpezas, como la de marcharse tras encender la gasolina que utilizó como combustible y la de equivocarse de vehículo.

Según explicó tanto a los agentes de la Guardia Civil que le interrogaron como al juez de guardia, el joven quería quemar por venganza el vehículo que utilizaba como vivienda un ex novio de madre, a quien ésta denunció por supuestos malos tratos en el ámbito doméstico, una denuncia que según señalaron ayer fuentes judiciales no prosperó. Al parecer, el juez que dirimió el caso no observó indicios de delito y no condenó al denunciado, ni tampoco decretó una orden de alejamiento contra éste.

Según las explicaciones de David C.M., la sensación de desamparo judicial fue el móvil que le empujó a quemar el coche de la ex pareja de su madre. Aunque se equivocó y quemó el coche que no era, el fuego pronto se extendió al coche que pretendía destruir por venganza.

Sanción económica
Además de la pena de privación de libertad, el acusado se enfrenta a una indemnización a los propietarios de los coches destruidos por el fuego y a una sanción económica por los daños causados tanto a los particulares como a la comunidad, por los aproximadamente 4.000 metros cuadrados de pino calcinados. Provocó el incendio el pasado martes una media hora después del mediodía. Un agente de la Policía Local vio al joven comprar cerillas y gasolina en una estación de servicio de Sant Antoni, por lo que rápidamente, una vez que se declaró el fuego, se sospechó de él como presunto culpable. La policía fue a buscarle a su lugar de trabajo, un hotel de la bahía en el que era ayudante de cocina, pero era su día libre. Hasta él llegó la información de que lo buscaban, por lo que decidió entregarse a la Guardia Civil.