La decisión de un cliente y el sistema de seguridad de la entidad Sa Nostra impidieron ayer por la mañana que un ladrón se llevara 3.100 euros de la sucursal que este banco tiene entre la Avenida Ignasi Wallis y la calle Médico Villangómez Ferrer de Eivissa.

El sospechoso, un británico que, al parecer, figura en los archivos de Comisaría como delincuente habitual, fue apresado a los dos minutos de intentar el robo después de que una patrulla de la Policía Local interviniera cuando el asaltante, atrapado dentro de la oficina, ya se hallaba reducido por un empleado y la persona que se percató de sus intenciones.

El suceso tuvo lugar sobre las diez de la mañana. El sospechoso, identificado como C.C., de 33 años, entró a esa hora en la sucursal de Sa Nostra como un turista más, ataviado con una camiseta y unos pantalones cortos.

Llegó a sentarse en la hilera de sillas que la oficina tiene para que los clientes puedan esperar su turno más cómodamente mientras no son atendidos. Su paciencia, sin embargo, no duró ni un minuto más. Según fuentes policiales, fue entonces cuando se abalanzó sobre una de las mesas de atención al público que en ese momento estaba vacía y, en un rápido movimiento, metió la mano dentro de una cajonera, extrayendo de su interior un fajo de billetes.

El ladrón, al parecer perdiendo parte del dinero que se le caía cuando, logrado su objetivo, se dirigía al exterior, fue interceptado por un cliente que se interpuso entre él y la puerta de salida que da a Ignasi Wallis. El único momento violento se vio entonces. C.C., que no iba provisto de ningún tipo de arma o al menos no la sacó, propinó un bofetón a dicha persona, según explicaron la mismas fuentes.

El afectado, ayudado ya por un empleado, actuaron rápido y un instante después el asaltante quedó apresado. La alarma, al mismo tiempo, había sido activada, permitiendo que las puertas quedaran bloqueadas y que unidades policiales confluyeran en Ignasi Wallis para detener al sospechoso, persona que en este intervalo forcejeó sin ningún éxito para intentar escapar.

A la desesperada
«Esto podía haber ocurrido en cualquier otro establecimiento. Entró a la desesperada buscando dinero y fue al primer sitio que se le ocurrió», explicó un responsable bancario, que aseguró que no había nada en la mesa sobre la que se precipitó el ladrón. Fuentes policiales, sin embargo, precisaron que C.C. se le intervinieron 3.100 euros en una mano que supuestamente pertenecían al banco

El acusado, nada más llegar los agentes, fue esposado y trasladado a Comisaría, lugar donde el Cuerpo Nacional de Policía continuaba con las investigaciones antes de que C.C., quien según otras fuentes es un toxicómano que frecuenta sa Penya, fuera puesto a disposición judicial.

El último atraco perpetrado en la isla en una entidad bancaria que ha trascendido se remonta a hace dos años. La afectada también fue Sa Nostra. Ocurrió en octubre de 2004 cuando dos ladrones se apoderaron de 18.000 de la oficina de Sant Rafel después de que uno de ellos, encapuchado y armado supuestamente con una pistola, irrumpiera en esta sucursal. Su cómplice le facilitó la huida al esperarle en el exterior con un coche con el motor en marcha. El robo, al grito de «esto es un atraco», apenas duró un minuto. Mayor fortuna tuvo la sucursal de Santa Gertrudis. Los empleados abortaron meses antes, en junio, un posible robo al negar al paso a un hombre que llamó a la puerta. Éstos se percataron de que llevaba peluca y también guantes. El ladrón, al ver que se cogía teléfono, salió corriendo y huyó en un coche.