Fue sorprendido desnudo de cintura para abajo, blandiendo un extintor con el que presuntamente destrozaba un almacén y desangrándose después de haberse ocasionado un corte profundo de 20 centímetros en una pierna.

Así acabó la «aventura» de un delincuente habitual de Formentera que fue juzgado ayer después de que la ingesta de un gramo de cocaína en hora y media -según sus palabras- le produjera una supuesta paranoia de la que también fue víctima un vecino alemán suyo, un hombre que sufrió distintas lesiones después de ser golpeado con las mancuernas de unas pesas en la cara y en el costado.

El sospecho, pese a todo lo ocurrido, sólo se enfrenta a pagar una multa de 600 euros y a responder civilmente de los males ocasionados después de que el fiscal, a petición de la defensa, se aviniera en el juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa a considerar que no existió ningún ánimo de lucro en su supuesto modo de proceder y que, como mucho, incurrió en una falta de lesiones.

Los guardias civiles, siguiendo el rastro, se encontraron con un pantalón y una sandalia de playa que pertenecía al acusado y que perdió, al parecer, al saltar una valla. Los hechos ocurrieron el pasado 9 de julio sobre las nueve de la noche en la zona de Cala den Baster. El acusado, un hombre que ha sido detenido en cinco ocasiones por la Guardia Civil y que también tiene abierto un procedimiento por la Audiencia Provincial por una presunta agresión un hombre en un bar con una llave inglesa, fue apresado después de que su propia madre llamara al puesto de la Benemérita asustada por el extraño comportamiento de su hijo.