La policía realizó tres detenciones en un piso de Platja d'en Bossa y ocho en un club de alterne de Sant Jordi.

Ayer pasaron a disposición judicial los diez detenidos. Los tres acusados de retener, amenazar y golpear a las mujeres fueron enviados a prisión, sin posibilidad de fianza. El resto quedaron en libertad a la espera de juicio.

Tras los interrogatorios a estos tres detenidos, informa Comisaría, los agentes entraron en el local en el que, supuestamente, las mujeres eran forzadas a prostituirse y detuvieron a ocho personas, cinco de las cuales están acusadas de la comisión de un presunto delito contra el derecho de los trabajadores. El resto, tres mujeres, fueron arrestadas por no tener la documentación de emigración en regla. Por delitos relativos a la prostitución y a los derechos de los trabajadores, los detenidos son O.W., varón de 45 años y nacionalidad alemana, B.B., también varón alemán, de 37 años; y el belga R.L.D.P., de 38 años. Igualmente, en el club de alterne, situado cerca de Sant Jordi, dos mujeres de nacionalidad alemana fueron arrestadas, por delitos relativos a la prostitución y a los derechos de los trabajadores. Se trata de M.A.S., de 36 años, y B.M., de 36. Las tres jóvenes que trabajaban en este club de alterne y que no disponían de su documentación en regla son M.O.T., nigeriana de 24 años, y las rumanas de 26 años N.R. y A.A.T.

En el registro se intervinieron 7.000 euros, aproximadamente, informa Comisaría, documentación contable relativa a las cantidades obtenidas por las mujeres en su trabajo y un ordenador que fue entregado a las autoridades judiciales para que se analicen los datos con las garantías procesales pertinentes.

Los polacos acusados de retener a las cuatro chicas -también polacas- y obligarlas a prostituirse pedían al club de alterne 2.700 euros por cuatro meses de trabajo de cada una de ellas. Además, las chicas debían pagar entre 40 y 60 euros al club. Llegaron a Eivissa engañadas por una supuesta oferta de trabajo, algunas desde Polonia y otras desde Alemania. Para concluir la investigación, un agente del Cuerpo Nacional de Policía se hizo pasar por proxeneta. Una de las jóvenes obligadas a prostituirse declaró que fue golpeada porque fue vista hablando con un policía. Alguna de las mujeres presentaba hematomas en piernas y brazos, supuestamente causados por sus presuntos captores. Declaró que la pegaban «si se portaba mal». Los detenidos en el club de alterne de Sant Jordi declararon que desconocían la situación en la que supuestamente se encontraban estas cuatro jóvenes. Los detenidos pidieron un careo con las cuatro jóvenes, lo que les fue denegado por el juez.