El juicio quedó ayer visto para sentencia en el Juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa.

La fiscal solicitó ayer una pena de dos años de prisión para un futbolista aficionado acusado de propinar un fuerte puñetazo a un contrincante en el desarrollo de un partido en abril de 2003. «Cuando estaba sujeto por mis compañeros recibí un puñetazo de este señor», explicó ayer la supuesta víctima a la jueza Martina Rodríguez, del Juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, que dejó el caso visto para sentencia. «Me dio el golpe a la altura de los dientes, vino en carrera y me golpeó este señor que no estaba jugando (...) Uno de los dientes, un incisivo, saltó y me lo tragué, el otro quedó colgando», relató el denunciante. Los incisivos inferiores resultaron dañados. La fiscal pide también al acusado que corra con los gastos médicos, que ascienden a unos 3.000 euros. Por su parte, la acusación particular solicita, al igual que la fiscal, dos años de prisión, además de una indemnización no cuantificada completamente, ya que la presunta víctima todavía no ha terminado con las curas. Esta parte acusadora exige indemnización tanto por los gastos médicos como por las posibles secuelas estéticas. Los hechos ocurrieron durante el último partido de un campeonato en el que se enfrenaron los equipos que ocupaban los dos últimos puestos. Uno de ellos estaba formado por mayores de 40 años y el otro por jóvenes. Según el testimonio de uno de los miembros del equipo de los jóvenes, al que pertenece el supuesto agresor, la presunta víctima saltó al campo en estado de ebriedad. «Vino a jugar bebido y provocando todo el tiempo. Era el último partido de la liga y no nos jugábamos nada, porque íbamos los últimos», relató. Este mismo testigo dijo a la jueza que «el árbitro tomó las de Villadiego» cuando vio que se organizaba una tángana. Al parecer, la supuesta víctima cometió una falta sobre el hermano de este último testigo. Esta acción motivó la pelea. El denunciante fue agarrado por detrás para impedir llegar a las manos y en ese momento, según un testigo, el acusado le asestó el puñetazo. Por su parte, la supuesta víctima dijo: «Yo no insulté a nadie. Hubo una discusión con un chico por una jugada, pero no con el que me golpeó, que no estaba jugando y no medió palabra».