El velero que fue objeto de controversia tenia su amarre en el puerto de Marina Botafoc.

Un residente francés que se enfrentaba a una condena de dos años y tres meses de prisión como presunto autor de un delito de alzamiento de bienes después de que «desapareciera» un velero embargado para pagar una deuda ha quedado absuelto de los cargos que se le imputaban. La embarcación pudo ser subastada días después de la fecha que en un principio se había señalado.

Los hechos ocurrieron cuando el sospechoso, que tenía su yate amarrado en el puerto de Marina Botafoch y que finalmente fue tasado en 45.000 euros, no se encontraba en las Pitiüses, circunstancia que ha influido en el fallo junto con otras como la de que el velero no contara con ningún precinto ni orden expresa que informara de su situación. En la misma sentencia, asimismo, se considera probado que el 'malentendido' tuvo lugar cuando el hijo del sospechoso, sobre el que se hace hincapié en que no fue acusado de nada, salió a navegar. Durante la causa se llegó a afirmar la imposibilidad de que éste hubiera ocultado intencionadamente el barco.

«Así las cosas y habiéndose entendido todas las actuaciones con el anterior letrado del acusado, el 5 de abril de 2003, el hijo del acusado, que disponía normalmente de los bienes de su padre, procedió a salir del amarre en que se hallaba el velero dirigiéndose en el mismo a Formentera, donde tuvo que quedar el barco amarrado al sufrir una avería», explica la sentencia. En ella se añade que «el 23 de abril, a petición del ejecutante, el juzgado embargó los bienes mueble propiedad del ejecutado, almacenados en un inmueble de la carretera de Sant Josep» sin que se pudiera entonces resolver el trámite que precisaba el acreedor.