G.T.D., una mujer de nacionalidad argentina que en octubre de 2005 fue condenada por denunciar, supuestamente, malos tratos en falso hasta en ocho ocasiones, recibió la pasada semana del Juzgado de Instrucción Número 4 una orden de protección como presunta víctima de violencia doméstica. Ahora, su ex pareja, M.W.Z., de nacionalidad suiza, no podrá acercase a la mujer a menos de cien metros.

G.T.D. asegura que varias veces ha sido objeto de malos tratos tanto psíquicos como físicos a manos de M.W.Z. en presencia del hijo de ambos. La mujer, que ha recurrido la sentencia que la condena por falsa denuncia, explicó que no ha podido demostrar estos supuestos malos tratos porque vivía con su ex pareja en una casa de campo y, por tanto, no había testigos. Sin embargo, asegura que ha interpuesto una nueva denuncia contra M.W.Z. también por presuntos malos tratos y que en esta ocasión cuenta con dos testigos. En su condena por falsa denuncia, la jueza del Juzgado de Penal número 1 de Eivissa señaló: «La credibilidad que otorga la ley a las víctimas de malos tratos no puede convertirse en arma arrojadiza en cualquier situación de crisis de pareja (...) y bajo ningún concepto puede ser utilizada de forma discriminada o arbitraria para amparar situaciones de picaresca como ocurre en el presente caso». Añade que G.T.D. era «consciente de que tales afirmaciones [las denuncias contra su ex pareja] eran contrarias a la realidad» y que con ellas pretendía «lograr una situación ventajosa en un futuro proceso de separación».