El robo con violencia tuvo lugar en la tarde del pasado 14 de febrero en la plaza de sa Graduada.

La responsable de esta sentencia, la juez Carmen Robles, ha impuesto la pena de cuatro años teniendo en cuenta que la acusada fue condenada por unos hechos idénticos hace ahora dos años, poco antes de que la sospechosa fuera mayor de edad, sucedidos también, al parecer, en la plaza de sa Graduada.

Se da la circunstancia de que la acusada pertenece a una familia de Eivissa desestructurada en la que sus hermanos cuentan con numerosos antecedentes delictivos y condenas por diferentes motivos. En uno de estos casos, uno de los hermanos fue investigado por arrojar a otros por el acantilado de sa Penya a causa de una discusión por drogas. El juzgado sobreseyó este asunto después de que la víctima, que resultó herida de gravedad en el incidente, se retractara de sus primeras declaraciones.

La juez Robles, que el día en el que la acusada compareció a juicio estaba al frente del juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, también ha valorado que la víctima del atraco se desdijo en la vista oral e incurrió en contradicciones muy probablemente por el miedo que ésta tenía a posibles represalias de amigos y familia de la denunciada. Así, se establece como probado que el atraco se produjo «a pesar de que la víctima negó en el acto del juicio los hechos, con evidentes signos de temor, contradiciendo sus declaraciones anteriores», dice la sentencia.

El robo del que fue objeto la menor tuvo lugar sobre las ocho y media de la tarde del pasado 14 de febrero en el parque de sa Graduada. La acusada abordó a la chica y le exigió 60 euros «diciéndole que si no, la mataba». La juez recoge también como probado que «aprovechando el temor en que se hallaba, le quitó dos anillos y una cámara de fotos digital». La policía pudo recuperar posteriormente todos los efectos. La acusada, además, tendrá que indemnizar a la afectada con 600 euros.