El funcionario del Recinto Ferial acusado de destrozar las carrozas
de los Reyes Magos con un toro mecánico y que se enfrenta a una
multa de 3.000 euros, así como al pago de una indemnización de
30.000 euros, reiteró ayer en su juicio que lejos de actuar con
animadversión contra el Ayuntamiento sólo quiso echar una mano y
facilitar un trabajo que se hacía de igual modo todos los años.
El operario, que responde de un presunto delito de daños,
aseguró que desconocía que el Consistorio pretendiera reciclar
parte de las carrozas y explicó que su acción vino precedida ante
su temor de que la carpa no estuviera libre por la demora en los
trabajos de desmontaje. «Sólo pensé que estaban atascados. Al día
siguiente tenía que dejar libre la carpa y con palanquetas y
martillos estaba claro que no iban a terminar», declaró ante la
jueza que tiene que ver su causa, la responsable del juzgado de lo
Penal número 1 de Eivissa. El acusado, además, hizo hincapié en que
sólo arremetió contra una de las estructuras y se eximió de toda
responsabilidad con los desperfectos sufridos en las otras. «Les
hice una demostración y punto», señaló.
La jueza tiene que resolver si el operario, que se identificó
como jefe de los Servicios Técnicos de Fecoef, actuó con alguna
intencionalidad dolosa. Buena parte de su interrogatorio a los
testigos buscaba aclarar este particular. Al respecto, sólo la
concejala de Fiestas, Sandra Mayas, se refirió a que «de oídas»
había escuchado cómo el empleado del Recinto Ferial se había negado
el pasado día 2 a quitar un palo para que pudieran pasar las
carrozas y que habían sido funcionarios municipales los que habían
tenido que intervenir para resolver el problema. «Me dijeron que
había dicho que el Ayuntamiento, la próxima vez, debía de hacer las
carrozas más bajas», comentó Mayans. «La cuestión está en que esta
persona no esperó a que llegara quien tenía que supervisar el
desmontaje este año, precisamente cuando se había dicho en prensa
que los muñecos iban a ir destinados a guarderías municipales y que
íbamos a guardar el Buzón Real para ponerlo el año que viene en
Vara de Rey con el objetivo de que se identificaran con él los
niños y esto sirviera para siempre», agregó en la vista la
concejala. Mayans, sin embargo, reconoció que no había ninguna
instrucción por escrito que requiriera especiales cuidados con el
desmantelamiento de las carrozas.
Según aclaró la responsable municipal, este año se había buscado
mayor calidad precisamente para reciclar las piezas más
significativas. «Me llamaron por teléfono y me dijeron: Sandra,
tenemos un problemón. Deberías subir al Recinto Ferial porque han
destrozado las carrozas».
El fiscal mantuvo la acusación contra el operario al entender
que éste se «extralimitó» bien porque de alguna manera «le
estorbaban o quizás en represalia por algún problema anterior con
el Ayuntamiento». La defensa, a su vez, requirió la total
absolución del empleado porque, a su juicio, se acreditó que había
actuado de igual manera años anteriores, siempre con el único fin
de ayudar, sin ningún ánimo de dañar y sin que, además, tuviera
conocimiento expreso de que este año se iban a reciclar
determinadas piezas del montaje.
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