Las carrozas de los Reyes se encontraban en el recinto ferial cuando fueron destrozadas el pasado día 6.

El funcionario del Recinto Ferial acusado de destrozar las carrozas de los Reyes Magos con un toro mecánico y que se enfrenta a una multa de 3.000 euros, así como al pago de una indemnización de 30.000 euros, reiteró ayer en su juicio que lejos de actuar con animadversión contra el Ayuntamiento sólo quiso echar una mano y facilitar un trabajo que se hacía de igual modo todos los años.

El operario, que responde de un presunto delito de daños, aseguró que desconocía que el Consistorio pretendiera reciclar parte de las carrozas y explicó que su acción vino precedida ante su temor de que la carpa no estuviera libre por la demora en los trabajos de desmontaje. «Sólo pensé que estaban atascados. Al día siguiente tenía que dejar libre la carpa y con palanquetas y martillos estaba claro que no iban a terminar», declaró ante la jueza que tiene que ver su causa, la responsable del juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa. El acusado, además, hizo hincapié en que sólo arremetió contra una de las estructuras y se eximió de toda responsabilidad con los desperfectos sufridos en las otras. «Les hice una demostración y punto», señaló.

La jueza tiene que resolver si el operario, que se identificó como jefe de los Servicios Técnicos de Fecoef, actuó con alguna intencionalidad dolosa. Buena parte de su interrogatorio a los testigos buscaba aclarar este particular. Al respecto, sólo la concejala de Fiestas, Sandra Mayas, se refirió a que «de oídas» había escuchado cómo el empleado del Recinto Ferial se había negado el pasado día 2 a quitar un palo para que pudieran pasar las carrozas y que habían sido funcionarios municipales los que habían tenido que intervenir para resolver el problema. «Me dijeron que había dicho que el Ayuntamiento, la próxima vez, debía de hacer las carrozas más bajas», comentó Mayans. «La cuestión está en que esta persona no esperó a que llegara quien tenía que supervisar el desmontaje este año, precisamente cuando se había dicho en prensa que los muñecos iban a ir destinados a guarderías municipales y que íbamos a guardar el Buzón Real para ponerlo el año que viene en Vara de Rey con el objetivo de que se identificaran con él los niños y esto sirviera para siempre», agregó en la vista la concejala. Mayans, sin embargo, reconoció que no había ninguna instrucción por escrito que requiriera especiales cuidados con el desmantelamiento de las carrozas.

Según aclaró la responsable municipal, este año se había buscado mayor calidad precisamente para reciclar las piezas más significativas. «Me llamaron por teléfono y me dijeron: Sandra, tenemos un problemón. Deberías subir al Recinto Ferial porque han destrozado las carrozas».

El fiscal mantuvo la acusación contra el operario al entender que éste se «extralimitó» bien porque de alguna manera «le estorbaban o quizás en represalia por algún problema anterior con el Ayuntamiento». La defensa, a su vez, requirió la total absolución del empleado porque, a su juicio, se acreditó que había actuado de igual manera años anteriores, siempre con el único fin de ayudar, sin ningún ánimo de dañar y sin que, además, tuviera conocimiento expreso de que este año se iban a reciclar determinadas piezas del montaje.