El juzgado de Instrucción número 1 de Eivissa ya tiene en su poder
el informe de la Guardia Civil que acredita que los sospechoso del
asesinato de José Miguel López Calzado, acribillado a balazos el 7
de agosto de 2003 en la terraza del restaurante «Siena», llamaron
desde el mismo Sant Josep momentos antes de que se perpetrara el
crimen.
Éste ha sido el último paso que ha dado la investigación del
instituto armado tras concluirse positivamente esta prueba. Dicho
resultado, sin embargo, tampoco se considera resolutivo por el
juzgado al valorarse más bien como un hecho «circunstancial».
Este periódico ya adelantó en su día que, además de esta
investigación, el juzgado tenía pendiente tomar declaración a
varias personas cuyo testimonio ha sido pedido por las partes
personadas en el proceso. Entre éstas figura una de las personas
que estaba cenando con la víctima cuando los encapuchados abrieron
fuego. También debe declarar un hombre que fue contratado como
guardaespaldas del fallecido. Al parecer, dicha persona estaba
haciendo un encargo -una compra de billetes- cuando se perpetró el
homicidio.
El informe técnico realizado por la Guardia Civil, pese a la
complejidad de esta prueba, ha podido colegir que al menos uno de
los teléfonos móviles propiedad de los sospechosos fue utilizado
cerca de la iglesia de Sant Josep instantes antes del crimen del
presunto narco.
El propietario de este teléfono, un portero de discoteca de
Madrid que ha sido vinculado como los otros nueve detenidos en la
investigación a la banda de «los Miami», realizó meses antes de que
ocurriera el crimen otra llamada al depósito de vehículos de la
capital. En dicha comunicación se identificó claramente tras
preguntar por el estado de un coche.
El sospechoso reconoció en su declaración en el juzgado que
había estado en Eivissa en los días en el que murió López Calzado.
éste, conjuntamente con los principales encartados en el caso,
estuvo residiendo ese verano en una casa de Cova Santa. El Grupo de
Homicidios de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil
realizó precisamente la prueba de los teléfonos para intentar
esclarecer si llamadas que se hicieron desde dos teléfonos móviles
pertenecientes a los sospechosos precisaban exclusivamente tener su
cobertura desde el mismo pueblo o bien se pudieron hacer desde la
casa de Cova Santa. El juzgado tiene ahora pendiente ahondar en
esta cuestión para no sólo determinar la autoría de las llamadas,
único hecho que podría valer como prueba de cargo.
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