EFE - CANCÚN
La mayoría de los 3.700 turistas españoles que se encuentran en el caribe mexicano, donde llegó a última hora de ayer el huracán «Wilma», se refugian en hoteles de Playa del Carmen, al sur de Cancún, bajo la garantía de las autoridades mexicanas de que están «debidamente protegidos». Mientras, en la ciudad turística de Cancún, que ayer aparecía desierta, permanecen menos de un tercio de los turistas españoles que fueron desalojados de sus hoteles en la costa y han sido trasladados a establecimientos hoteleros del interior o a alguno de los 187 refugios habilitados. Los hoteles del interior de Cancún han comenzado a restringir la electricidad y el agua, mientras que los teléfonos fijos han dejado de funcionar, según explicó a Miguel Caro, un turista español que viaja acompañado de su mujer, Carmen Marco.

Miguel y Carmen llegaron hace siete días a un hotel de la costa de Cancún y ayer fueron trasladados con unas pocas pertenencias a un establecimiento del interior de la ciudad, donde se encuentran otros españoles sorprendidos por el ciclón. «Ha sido cuestión de mala pata. A pesar de los avances tecnológicos es muy difícil predecir este tipo de fenómenos y su trayectoria exacta», reconoció Miguel Caro, quien aseguró que su familia en España se encuentra muy preocupada. Según este turista, personal del Ejército mexicano acudió al hotel para dar instrucciones y orientar a los huéspedes sobre las medidas a adoptar, que desaconsejan, entre otras cosas, salir del establecimiento. «Wilma», que podría alcanzar la máxima categoría, está acompañado de intensas lluvias y vientos de 240 kilómetros por hora que ya se sentieron ayer en las costas de los estados de Quintana Roo y Yucatán.

Tras el cierre del aeropuerto de Cancún, el jueves, algunas tripulaciones de compañías aéreas españolas han quedado también atrapadas en hoteles de la ciudad, como una de Pullmantour y otra de Air Europa que se encuentran en el Hotel Oasis.