La mujer interpuso en junio una denuncia en Comisaría asegurando que su marido guardaba una pistola.

Las numerosas contradicciones en las que incurrió una mujer que en junio denunció en Comisaría a su marido por supuestamente amenazarla colocándole una pistola de perdigones entre sus genitales mientras se hallaba en la cama han pesado para que la jueza que debía decidir sobre este caso aplicara el principio de presunción de inocencia en beneficio del sospechoso. La afectada tuvo atención de la Oficina de la Dona al requerir ayuda.

El acusado, que se enfrentaba en un principio a un año de prisión, terminó en el banquillo después de que su esposa hiciera constar en su denuncia que todo ocurrió delante de su hija, de seis años, declaración a la que añadió que su esposó llegó a decirle en ese momento las siguientes palabras: «Mira lo que voy a hacer a tu madre porque es una puta». La responsable del juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, Martina Rodríguez, también argumenta en su sentencia que no había constancia de palizas anteriores a las que se refirió la mujer pese a que ésta afirmó que había pasado por centros médicos. Además, en la vista. la denunciante confundió varias veces las fechas de sus relatos cuando se le volvió a preguntar sobre ellos. «Mi mujer sufre desvaríos. Está muy excitada cuando bebe y necesita dinero. La última vez se autolesionó ella», dijo el imputado en su descargo el día que tuvo que sentarse en el banquillo. La policía nunca halló un arma en el piso de ambos.

La jueza, por contra, impone diez meses de prisión a un hombre de 54 años, vecino de Eivissa, que arrastró hasta el dormitorio conyugal a su pareja después de que ésta hubiera salido del domicilio del matrimonio sin su expreso consentimiento, encerrándose con ella dentro de la habitación. Luego, cuando la mujer pidió ayuda a gritos a su hijo, su pareja le tapó la boca, al parecer con una almohada, para intentar silenciarla. La discusión concluyó cuando el hijo logró que el acusado abriera la puerta. El sospechoso negó todos los cargos que se le imputaban y se declaró «orgulloso» del comportamiento que tenía con su esposa.