Al menos once personas han fallecido mientras trabajaban en las tareas de extinción del descontrolado incendio declarado en la provincia de Guadalajara, que ha quemado hasta el momento unas 4.500 hectáreas de terreno. Los fallecidos formaban parte del retén que luchaba contra el fuego aparentemente iniciado a causa de una barbacoa mal apagada, que les habría cercado provocándoles la muerte. Este ha sido el peor de los balances en un domingo negro para los bosques españoles, que han visto como una serie de incendios destruía gran parte de su ecosistema natural en las provincias de Málaga, Teruel, Zaragoza, Girona, Zamora y el ya mencionado de Guadalajara.

Sin duda, los dos siniestros más preocupantes fueron los de las provincias castellanas. En Zamora, 1.650 hectáreas de terreno quedaron completamente calcinadas y más de una treintena de personas tuvieron que ser atendidas por los servicios médicos. En Guadalajara, las llamas fueron originadas por la barbacoa de unos excursionistas imprudentes que decidieron hacer el fuego en el suelo y no en los lugares acondicionados para ello. Parte del Parque Natural del Alto Tajo devorado por las llamas y cinco pueblos evacuados preventivamente son el resultado de este último siniestro. El origen de uno de los cinco incendios declarados en Zamora fue, según el delegado territorial de la Junta de Castilla y León, Oscar Reguera, una chispa provocada por una cosechadora. Con punto de origen en Nuez de Aliste, las llamas se extendieron a lo largo del domingo a los términos de San Blas, Viñas, Ribas y El Poyo, el siniestro todavía se considera activo. El incendio de Palazuelo de las Cuevas, controlado aunque bajo vigilancia, podría tener un inicio similar al anterior, aunque también se apunta a la colaboración de un enfermo mental que fue ingresado en el Hospital Psiquiátrico.