Los dos miembros de una pareja se conformaron ayer con una pena de diez meses de privación de libertad por sendos delitos de malos tratos en el ámbito familiar. Se trata de una pareja de ecuatorianos que protagonizaron el pasado viernes una pelea tras la cual ella, que estaba embarazada de dos meses, sufrió un aborto involuntario.

El pasado viernes, tras acudir al hospital de Can Misses y comprobar que había abortado, ella le denunció a él, que durmió en los calabozos hasta que ayer se celebró el juicio rápido del caso. Él no le denunció a ella, pero después que ésta prestara declaración, la Fiscalía observó indicio de delito, ya que reconoció que había mordido a su compañero sentimental.

La acusación no culpó al hombre del aborto de su compañera, puesto que los informes médicos que elaboraron los responsables del hospital de Can Misses no consideraron que los reconocidos malos tratos sufridos por la mujer a manos de su pareja estuvieran relacionados con la interrupción del embarazo.

En el juicio rápido que se celebró ayer ambos aceptaron los diez meses de prisión que pedían sus respectivas acusaciones. Ninguno de los dos ingresará en prisión.

El arresto del hombre se produjo después de que la mujer presentara una denuncia en la que relataba que tras la discusión había sufrido vómitos y hemorragias.

En la denuncia también se apunta que, menospreciando su condición de embarazada, el hombre la agarró del cabello, la golpeó y la tiró al suelo.