El juicio por presuntos malos tratos por el que fue expulsado el ecuatoriano se celebró en marzo de 2004.

Un hombre de nacionalidad ecuatoriana que residía en Eivissa hasta el año pasado y que fue expulsado de España por presuntos malos tratos sobre su compañera sentimental y madre de sus dos hijos pretende que los juzgados de la isla reabran su caso porque, además, se le ha sentenciado a abonar 300 euros mensuales para la manutención de los menores, una cantidad que no puede conseguir trabajando en su país, lo que le llevará en un futuro próximo a perder la patria potestad de sus hijos. A.E.Q.A. no, puede durante un periodo de diez años, viajar a España ni a ninguno de los otros doce países de la Unión que firmaron el acuerdo Shengen (por tanto, sí puede viajar al Reino Unido para trabajar allí sin papeles). Esta circunstancia, explica el expulsado, hace imposible conseguir los 300 euros que tiene que entregar mensualmente a su mujer y mucho menos costear los viajes de los menores a Ecuador para poder verlos con la frecuencia que marca la ley. Tarde o temprano, se teme A.E.Q.A., esto hará que pierda la patria potestad. La mujer, que ha sido denunciada por el expulsado por presuntos malos tratos hacia los hijos de ambos, obtuvo recientemente la guardia y custodia de los menores, de los que A.E.Q.A. asegura que están desnutridos y mal atendidos por su madre en Eivissa. «Mi único interés en retornar a España es contribuir al bienestar afectivo y económico de mis dos únicos hijos, a los cuales extraño profundamente y son mi razón de vivir», apunta el americano. «Me gustaría que se revisara mi caso, porque les aseguro que es injusto y puede llevarme a perder a mis hijos. Se me procesó en juicio rápido mientras me encontraba en un estado de inconsciencia parcial que me impedía darme cuenta de lo que sucedía. Mis hijos estaban con una madre que les daba continuos malos tratos, por lo que mantiene dos denuncias en el juzgado, de las cuales la primera fue desestimada y archivada aunque la madre aceptó los hechos. Esto ocurrió un mes antes de mi deportación», explica A.E.Q.A. «Astutamente y mientras me encontraba en Ecuador», continúa, «mi ex pareja me demandó civilmente para obtener la guardia y custodia de mis hijos, juicio en el que no estuve presente por mi condena pero en el que fui representado legalmente». «No se consideraron para nada los antecedentes de malos tratos de mi ex conviviente y se le otorgaron la guardia y custodia sin ni siquiera hacer una investigación al respecto», critica el expulsado.

A.E.Q.A. asegura que ya se le ha negado la revisión su sentencia, la cual considera «inhumana, degradante y que afecta directamente a los menores». Pide que al menos se le rebaje a tres años el periodo de expulsión, lo cual, piensa, le abriría la posibilidad de no perder la patria potestad de sus dos hijos por no cumplir con sus obligaciones de abonar 300 euros mensuales y pagarles los viajes a Ecuador para poder verles. «Lo que quiero es apelar esta sentencia, que quede sin efecto, que se rebaje a tres años o que se conmute por un impedimento de viajar a Eivissa, o al menos no se me prohíba la entrada a los otros países del acuerdo Shengen, ya que desde alguno de éstos también podría contribuir económicamente con lo esencial para mis hijos».