Ayer quedó visto para sentencia el juicio contra dos mujeres que están acusadas de prostituir a jóvenes sin papeles en un club de alterne de Eivissa. Tanto la acusación como la defensa mantuvieron sus posturas iniciales.

El fiscal solicita cuatro años de cárcel para cada una de las dos acusadas por la comisión de un presunto delito contra el derecho de los trabajadores y la defensa pide la total absolución, ya que considera que las personas que deberían estar sentadas en el banquillo de los acusados están en libertad y fugadas del país después de que los jueces decidieran dejarles libres sin necesidad de depositar fianzas.

La actuación policial que ha derivado en este juicio tuvo lugar en octubre de 2002, un trabajo de la policía al que siguió otra serie de redadas después de que al menos dos de las chicas sorprendidas sin papeles dentro del establecimiento revelaran su conexión con una supuesta red rumana que traía jóvenes a la isla sin su consentimiento para nutrir de prostitutas a otros clubes de la isla.

Los componentes de esta supuesta mafia rumana que, presuntamente, se encargan de traer a la isla a las mujeres -en muchos casos engañadas- y que después trabajan como prostitutas están huidos después de que los jueces les brindaran la posibilidad de fugarse al dejarles en libertad a la espera del juicio. «Llevo 11 años en Eivissa y es la primera vez que tengo problemas. En mi local no se ejerce la prostitución. Las chicas sólo alternan y son libres de entrar y salir cuando quieran. Siempre se les ha pedido la documentación y no se admiten menores», afirmó la propietaria del local.