Los tres chinos que supuestamente secuestraron en Eivissa el pasado
mes de junio a un compatriota para obtener al menos un rescate de
3.000 euros y de los que ya adelantó este periódico su próximo
juicio ante la Audiencia Provincial ya saben a qué se
enfrentan.
El fiscal pide para cada uno de ellos penas de prisión que suman
los diez años de cárcel. El grupo, supuestamente ligado a una
empresa constructora de la isla, aguarda en prisión a un juicio que
se celebrará este mismo mes ante el tribunal provincial.
Su detención fue posible después de que la víctima lograra huir
cuando la policía ya cercaba a los secuestradores.
La Fiscalía ha entendido que el afectado, un hombre que vino a
Eivissa tras dejar en Albacete la regencia de un restaurante que no
funcionaba en busca de un contrato para trabajar en el sector de la
construcción, fue víctima no sólo de un delito de secuestro sino
también de lesiones.
El ministerio público reclama, a su vez, que los tres acusados
paguen 731 euros por las heridas infringidas durante el rapto, así
como que abonen otros 3.000 en concepto de los daños morales
sufridos por el perjudicado.
Dicha persona se vio atrapada cuando los imputados, con edades
comprendidas entre los 34 y los 40 años, le recogieron el pasado
dos de junio en el aeropuerto y le llevaron directamente a un
tercero del número 32-34 de la calle Ignasi Wallis de Eivissa. En
este inmueble se consumó su secuestro después de que se le exigiera
que llamara a sus familiares para que abonara 3.000 euros si quería
quedar en libertad. A los familiares, al parecer, también se les
dijo que por cada día que pasaba tendrían que abonar una prima de
1.000 euros más.
La víctima, sin embargo, logró eludir su cautiverio cuando un
día después del rapto, y durante la madrugada, se las ingeniara
para escapar por una ventana después de anudar varias sábanas y
utilizarlas para descolgarse por la pared del inmueble. Horas
después, sobre las ocho de la mañana, fue auxiliado por otra
persona que se lo encontró.
Por 90 euros
La víctima, que informó a la policía de que había sido «engañado»
por sus compatriotas para que viajara hasta Eivissa a cambio de un
sueldo diario como albañil de 90 euros, huyó herido. Los médicos
que le reconocieron apreciaron que sufría contusiones craneales,
bucales y torácicas. El afectado, que relató que durante su
encierro había sido golpeado incluso con las latas de refresco,
necesitó seis días de convalecencia hospitalaria, además de otro
buen número de días para poder recuperarse por completo y volver a
ser capaz de llevar a cabo tareas profesionales. La policía, tras
intervenir por el secuestro, detuvo a cuatro personas y realizó
varios registros domiciliarios al sospecharse que tras el presunto
secuestro podrían esconderse actividades ilegales de todo tipo. En
uno de los registros que se llevaron a cabo se encontró a un grupo
de seis personas de origen oriental. Las comprobaciones policiales
que se hicieron seguidamente verificaron que todos ellos se
encontraban en la isla sin papales en regla o contrato alguno para
trabajar.
Sólo por el secuestro, el fiscal reclama una condena de ocho
años para cada uno de los sospechosos y el resto de la pena pedida,
otros dos, por las lesiones ocasionadas.
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