Dos empleadas de un supermercado de la isla van a llevar al banquillo de los acusados al jefe de la sección en la que trabajaban después de que supuestamente fueran objeto de continuo acoso sexual. El sospechoso fue denunciado a la Guardia Civil después de que las dos víctimas (sin descartarse que hubiera más) soportaran todo de palabra todo tipo de vejaciones durante al menos un año y cuatro meses. Una de las afectadas, que sufría distintos problemas personales, incluso, tuvo un intento de suicidio.

El acusado, que comparecerá próximamente en un juzgado de lo Penal, se enfrenta a una multa de 2.160 euros y a abonar indemnizaciones que en su conjunto superan los 4.200 euros como presunto autor de un delito continuado del acoso sexual, según la calificación del ministerio público.

La primera de las denunciantes señaló que el sospechoso no sólo le dijo que le encantaría tocarle los pechos sino que se extralimitó proponiéndole varias veces que tuviera con ella sexo oral y que después «la iba a poner a cuatro patas porque eso era lo que le pegaba a ella, ya que tenía cara de viciosa».

La misma persona aseguró que varias veces le pidió que se acostara con ella conjuntamente con otra compañera «para realizar un trío ya que había escuchado que eran lesbianas.