Una mala noche de copas le ha costado a un joven barcelonés residente en la calle Ramón Muntaner de Eivissa una condena de un año y tres meses de cárcel y las indemnizaciones que se fijen su momento por las heridas ocasionadas por éste a dos agentes de la Policía Local y a un empleado del servicio de limpieza.

El acusado ha tenido que responder así de la pelea que protagonizó con estas tres personas después de que se sintiera molesto porque un camión de basura le impidiera el paso. Uno de los agentes sufrió graves lesiones en el rostro tras recibir un cabezazo y puñetazos y el empleado municipal tuvo que refugiarse en la cabina del camión para que no continuara la agresión.En el juicio, el acusado echó la culpa de su comportamiento a una botella de whisky, que dijo haberse bebido. La responsable del juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, sin embargo, ha entendido que el alcohol no pudo influir decisivamente en lo sucedido, más aún cuando los médicos que examinaron al acusado tras su detención no observaron indicios destacados de bebida.

Los hechos ocurrieron sobre las siete y media de la mañana de pasado día 1 de septiembre. El acusado regresaba a su casa con su novia cuando al llegar a la calle Archiduque Luis Salvador vio que un camión de la basura le impedía el paso. Tras ello, bajó del coche en el que viajaba de acompañante y se dirigió al camionero. Éste le explicó que había un coche mal estacionado. Fue entonces cuando el sospechoso, sin avenirse a razones, empujó y propinó varios puñetazos al empleado de la limpieza. Las escena, con esta víctima encerrada en la cabina del vehículo, se repitió al llegar una dotación de la Policía Local. El acusado al comunicársele que iba a ser denunciado se lanzó contra uno de los agentes y le dio un cabezo en la cara. El policía, cubierto de sangre al reventársele la nariz, se las ingenió con la ayuda de su compañero para reducir al sospechoso. El otro agente también sufrió lesiones leves por la acción.