Un vecino de Eivissa con problemas de drogodependencia y ludopatía ha terminado sentando en el banquillo jugándose cinco años de prisión por una acusación de malos tratos después de que la comunidad de propietarios donde éste vivía con su nueva pareja instara a ésta última a que pusiera fin a las continuas peleas de ambos con una denuncia. En uno de los últimos capítulos de violencia que se le atribuyen al sospechoso, éste estuvo durante una hora presuntamente poniendo una sábana en la boca a su compañera para impedir que con sus gritos viniera la policía. Tras su detención, numerosos vecinos declararon en el juzgado.

«Hablan mucho pero han visto poco», dijo ayer el acusado ante la responsable del juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa. «Es cierto que teníamos discusiones por nuestros problemas con el alcohol y con las drogas pero nunca le he golpeado. Era ella la que se comportaba como una histérica sin ningún motivo», añadió. La víctima de este caso, por contra, negó que bebiera desmedidamente o que tomara drogas y dijo haber interpuesto la denuncia como única salida que vio para acabar como una situación que definió como insostenible. «No deseo que vaya a la cárcel pero quiero volver a la vida que tenía hace ocho meses, cuando perdí el trabajo por todo esto. No le tengo miedo y a la niña la trata estupendamente.Los que llamaron a la policía fueron los vecinos. Me metí en esto por ellos», declaró. Según la acusación durante estos ocho meses, la afectada, que vivía también junto con su hija pequeña, fue vista varias veces con las manos moradas y exhibiendo gafas de sol para tapara moratones en los ojos. Los propios vecinos intentaron con reuniones buscar una solución a un problema que, incluso, les impedía conciliar el sueño. «Es cierto que los vecinos nos miraban mal», comentó la ex compañera del detenido.

El acusado se enfrenta a cinco años de prisión que el fiscal reclama por un delito de malos tratos habituales y otros dos de violencia doméstica. La primera de las peleas que se juzgaron ocurrió el pasado día 5. En ésta fue supuestamente cuando el acusado usó una sábana para que la mujer no gritara.

Los vecinos fueron testigos de una nueva discusión cinco días después. Al parecer, ésta sobrevino después de que el sospechoso se hubiera gastado 150 euros jugando en las máquinas tragaperras.

La víctima, tras intervenir la policía, fue trasladada al centro médico de es Viver donde se le apreciaron distintas contusiones y mordiscos en las manos.