El «Rolón Sur fue remolcado durante la tarde de ayer a pesar del fuerte viento reinante.Foto: MARCO TORRES

Baleària tomó ayer «de forma unilateral» la decisión de fondear el carguero «Rolón Sur» frente a la bocana del puerto de Eivissa, según el capitán marítimo de Eivissa, Jesús Valera, después de fracasar, a causa del mal tiempo, en el primer intento de remolcarlo desde s'Illa des Penjats al dique de Botafoc.

Por su parte, el portavoz de Baleària en Eivissa, Joan Cerdà, dijo ayer, que el «Rolón Sur» no había sido remolcado y que continuaba en aguas de s'Illa des Penjats. Poco después reconoció que el barco se encuentra frente a la bocana del puerto esperando a que se calme el mar para poder atracar en el dique. Las previsiones meteorológicas auguran mala mar hasta al menos hoy, sábado.

Baleària pidió ayer a las once de la mañana permiso a Autoritat Portuària para introducir el «Rolón Sur» en el puerto de Eivissa y atracarlo en el dique de Botafoc, aunque Cerdà intentó hacer creer que contaban con permiso de Puertos desde el pasado jueves.

Autoritat Portuària concedió este permiso de atraque, una operación que ayer, al cierre de esta edición, no se había consumado. Baleària, que declaró el abandono del barco a raíz del accidente que sufrió el mes pasado en s'Illa des Penjats, tomó la decisión remolcar el «Rolón» a pesar de que las condiciones meteorológicas eran adversas. Se trata de una operación compleja y arriesgada, como demuestra el hecho de que se tomara la decisión de fondear frente al puerto y no correr el riesgo de que se produjera otro accidente, pero esta vez en la bocana.

El barco fue reflotado el pasado jueves y ayer por la tarde se tomó la decisión de remolcarlo al dique de Botafoc. El jueves se realizó en el barco una reparación de fortuna. Es decir, las reparaciones mínimas para poder remolcarlo hasta Eivissa.

Para la operación de arrastre del barco hasta Eivissa se utilizó un solo remolcador, aunque otro navegaba al lado por si era necesario su apoyo. Ayer, este enorme barco de 111 metros de eslora y 16 de manga se balanceaba sobre las aguas exteriores del puerto de Eivissa como si de una cáscara de nuez se tratara. Una visión ante la que el capitán marítimo se mostró visiblemente preocupado y enfadado porque, insistió, la decisión de fondear la tomó «Baleària de forma unilateral».

Si la operación concluye con éxito y finalmente el barco atraca en el dique de Botafoc, el plan consiste en repararlo en profundidad para remolcarlo nuevamente algún puerto de la Península, donde será desguazado.