El presunto agresor no llegó a ser detenido. Quedó libre después de
que la Policía Local de Sant Josep le tomara declaración dentro de
un atestado que posteriormente fue remitido a la Guardia Civil y al
juzgado, a la espera de una denuncia formal de la víctima.
El Ib-Salut reaccionó ayer mismo anunciando que se estudia
mejorar la seguridad instalando timbres y cámaras como medidas
disuasorias en Can Misses y en los centros de salud, así como
personarse en la causa.
El facultativo fue golpeado en la cara y, según fuentes
sanitarias, estuvo a punto de sufrir lesiones graves en un ojo.
Asimismo, recibió una retahíla de patadas y golpes en todo el
cuerpo. El paciente también la emprendió violentamente con el
mobiliario causando múltiples destrozos en el consultorio, según un
portavoz del sindicato médico.
La Policía Local de Sant Josep explicó que el sospechoso,
holandés y regente de un conocido bar de Eivissa, no llegó a ser
detenido porque tras presentarse una patrulla éste se mostró
colaborador y, en principio, no se apreciaron graves daños físicos
en la víctima ni tampoco en el mobiliario. Estas mismas fuentes,
sin embargo, precisaron que se estaba a la espera de un informe
médico para conocer el alcance real de las lesiones y que de todo
se iba a informar al juzgado. El acusado manifestó a los policías
que había sido presa de un arrebato tras denegársele una receta que
precisaba con urgencia por una dolencia que dijo sufrir y que le
motivaba periodos de insomnio. Según su testimonio, este estado
podía desencadenar un coma.
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