«En cuanto me recupere cogeré la avioneta para quitarme el susto y
continuar volando». Javier Yern, el joven piloto instructor que el
pasado domingo realizó un exitoso aterrizaje de emergencia con la
avioneta del Real Aeroclub Ibiza, ya está prácticamente recuperado.
«Los puntos me tiran un poco», explicó ayer desde su cama de la
Policlínica Nuestra Señora del Rosario, «pero mañana (por hoy) ya
me dan alta».
Tiene una brecha en la cabeza que ha necesitado 20 puntos de
sutura. Fue quien se llevó la peor parte de las cuatro personas que
volaban en la avioneta accidentada, una Piper Challenger monomotor
con 30 años sobre sus alas, el único aeroplano del que disponía el
Real Aeroclub Ibiza. «Falló el motor», recordaba Yern aún sin
entender cómo pudo pasar, «porque por la forma en que se paró
parecía que se había quedado sin combustible». «Sin embargo»,
añadió, «cuando despegamos comprobamos que sí que tenía combustible
y cuando realizamos el aterrizaje de emergencia volvimos a
comprobar que, efectivamente, el depósito estaba casi lleno».
El único motor de esta avioneta tiene solamente 650 horas de
vuelo. Por tanto, dijo Yern, que tiene 25 años y vuela desde los
20, «no tendría que haber pasado esto».
Revisión del motor
El susto fue monumental, pero afortunadamente se quedó sólo en eso.
Volaban a 500 pies y a los mandos estaba Iván Casanova. De súbito,
«el motor se paró y tres segundos después se volvió a poner en
marcha». Pero de nuevo se paró, y esta vez fue definitivo. Tal y
como está estipulado, Casanova dejó control de la aeronave a Yern,
que a pesar de su edad cuenta con cerca de mil horas de vuelo como
instructor. Eligieron para el aterrizaje de emergencia un pequeño
descampado situado entre Santa Agnès y Sant Rafel, a tan sólo 700
metros del centro de esta pequeña localidad.
«La coordinación [entre Casanova y Yern] fue perfecta», dijo
ayer éste último. Los dos pasajeros que iban en el asiento trasero
no sufrieron ninguna herida y Casanova salió del hospital al poco
de haber entrado con un collarín abrazando sus cervicales.
Ayer llegó a la isla un técnico de la Comisión de Investigación
de Accidentes de Aviación Civil que se encargará de establecer
cuáles fueron las causas exactas de que el motor se detuviera en
pleno vuelo.
El director del Real Aeroclub Ibiza, Juan Manils, dijo ayer:
«Tengo total confianza en el funcionamiento de la avioneta. Yo
continúo pensando que el fallo fue del piloto». El técnico de la la
Comisión de Investigación de Accidentes de Aviación Civil extrajo
ayer combustible de los dos depósitos de la veterana Piper
Challenger para analizarlo y comprobar si, tal vez, pueda ser ésta
la causa del accidente.
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