El vehículo, un Ford Fiesta, cruzó la carretera de lado a lado y acabó en la cuneta totalmente destrozado. Foto: VICENÇ FENOLLOSA

Dos hombres de nacionalidad ecuatoriana de 37 y 41 años murieron ayer cuando el turismo en que viajaban se salió de la carretera. Un tercer ecuatoriano, éste de 20 años, resultó herido de diversa consideración, está ingresado en el hospital de Can Misses y los médicos no temen por su vida. Al parecer, el exceso de velocidad y el alcohol, según fuentes policiales, motivaron que el Ford Fiesta azul en que viajaban los sudamericanos se saliera de su ruta. Así lo delata una larga frenada que ha quedado marcada en el kilómetro 11 de la carretera que enlaza las poblaciones de Eivissa y Sant Antoni. Ocurrió a las 11,15 horas de la mañana de ayer, domingo. Los ecuatorianos viajaban en dirección a Eivissa cuando, a la altura de sa Casilla, frente a Ibiza Yaching, el conductor del Ford Fiesta, Amadeo Nicolás M.S., de 37 años, perdió el control y se salió de la carretera por el carril de la izquierda, según la Guardia Civil de Tráfico.

Según testigos presenciales, el Ford Fiesta llevaba en una de las ventanillas una cartel con la inscripción «Se Vende», por lo que se valora la posibilidad de que el coche no fuera propiedad de sus ocupantes sino que podrían estar probándolo para decidir acerca de su posible compra. A lo largo de este año 2003, han muerto en las carreteras de Eivissa y Formentera 15 personas. El pasado martes falleció un joven motorista de tan sólo 18 años que, sin que mediara ningún otro vehículo en el accidente, se estrelló cuando circulaba por el cinturón de ronda de la capital ibicenca.

El frenazo y el quitamiedos no sirvieron de nada y el coche acabó en la cuneta con las ruedas apuntando al cielo. El conductor y quien ocupaba el asiento del copiloto, Jaime Arturo Ch. A., de 41 años, murieron el acto y cuando llegaron las ambulancias, sólo quedaba esperar al juez para que ordenara el levantamiento de los cadáveres. El veinteañero Kevin L.M. viajaba en la parte trasera del Ford Fiesta y llevaba atado el cinturón de seguridad. El amasijo de hierros en que quedó convertido el turismo mantuvo atrapado al joven junto a los cadáveres de sus compañeros hasta que llegaron los bomberos y lograron sacarlo, en apenas diez minutos de trabajo, valiéndose de sierras radiales. Además, de bomberos y ambulancias del 061, una de las cuales trasladó el herido al hospital, al lugar del accidente acudió la Policía Local de Sant Antoni y la Guardia Civil, que se encarga del atestado. A la par que los bomberos cortaban los hierros con las radiales, una grúa levantaba el vehículo para poder liberar al herido.