Un matrimonio alemán tuvo que comparecer ayer ante la responsable del juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa para enfrentarse a la acusación de un presunto delito societario y apropiación indebida después de que se fueran al traste los negocios inmobiliarios en Santa Eulària que el cabeza de familia llevaba a cabo con otro socio de la misma nacionalidad que la suya. La acusación particular, que demanda una responsabilidad civil por lo sucedido cercana a los 80.000 euros, pide tres años de cárcel para el hombre y uno para su esposa al considerar que urdieron un montaje. El fiscal no presentó acusación. La representación legal del socio que se sintió estafado y cuya acusación ha llevado a juicio a esta pareja argumentó que ambos se aprovecharon de su socio para ir 'sangrándolo' por distintos conceptos (salarios y pago de oficinas, entre otros) hasta desembocar todo en la adquisición de una finca de la sociedad que compró la acusada y que luego vendió.