El acusado compareció el pasado mes de septiembre en los juzgados de Eivissa para su juicio.
El guardia civil que ha sido condenado por estos hechos, un agente que estuvo destinado hace años en Eivissa y que ya no trabaja en la isla, tendrá que pagar también 6.000 euros a su familia por los daños físicos y morales que ocasionó supuestamente durante los quince años que duró el matrimonio. Esta pena se suma a los dos años de prisión que la responsable del juzgado de lo Penal número 1 le impone por el delito de maltrato habitual y el año y ocho meses que le caen por las amenazas probadas. A todo ello, además, hay que añadir sendas penas de seis fines de semana por faltas de lesiones y malos tratos que también se han considerado probadas durante la causa. El acusado se enfrentaba en un principio a una pena de cinco años de prisión. El guardia procesado, quien ya fue condenado en su día por otro capítulo de violencia doméstica y que, la parecer, tenía problemas con el alcohol, fue juzgado el pasado mes de septiembre. Durante el juicio su mujer relató que las crisis en el hogar fueron continuas y que un día llegó a ponerle una pistola en la cabeza. La policía intervino en la casa de la pareja, ubicada en un barrio de Eivissa, después de que se recibiera el aviso de que había un hombre armado con un cuchillo, pelea que concluyó al interponerse entre el padre y la madre uno de los hijos menores.
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