EFE - MURCIA
Francisca González Navarro, la mujer que se enfrenta a una petición de 40 años de cárcel como presunta asesina de sus dos hijos menores de edad, dijo ayer al jurado que la juzga que cuando ocurrieron los hechos «estaba drogada por el consumo de cocaína y alcohol y no sé lo que ocurrió». La supuesta parricida señaló en la primera sesión del juicio que lo único que recordaba es que la noche en que se cometió el doble crimen, la del 18 al 19 de enero de 2002, se despertó y se encontró a sus hijos, de seis y cuatro años de edad, en su cama.

Francisca González, que negó en varias ocasiones que hubiera sido ella la que los estranguló con el cable del cargador de un teléfono móvil, como sostienen el fiscal y la acusación particular, añadió que «intenté reanimarles, incluso haciéndoles el boca a boca». Dijo que el autor pudo ser un ecuatoriano que habría entrado en su vivienda, ubicada en el municipio murciano de Santomera, aunque cuando el fiscal le hizo ver las contradicciones en que incurría añadió que «no sé si existió realmente esta persona, porque como estaba bajo los efectos de la droga no sé distinguir la realidad de las alucinaciones».

La presunta asesina comentó en otro momento del interrogatorio que los días previos al doble crimen «yo estaba bastante mal, por las pésimas relaciones con mi esposo, que continuamente me amenazaba y me había dicho que me iba a abandonar».