La madre del joven británico David Holloway, que murió en
septiembre del año pasado al ser atropellado por un autobús en la
carretera de Sant Antoni, ha criticado el hecho de que las obras de
remodelación de esta ruta no vayan a comenzar hasta el año
2005.
No obstante, la madre de David considera que el hecho de que el
Gobierno español haya respondido a las presiones de Londres y haya
decidido destinar el dinero suficiente para arreglar la carretera
es «una buena noticia».
En julio pasado, el primer ministro del Reino Unido, Tony Blair,
pidió «un esfuerzo» a las autoridades españolas para arreglar esta
peligrosa carretera en la que en los últimos años han muerto
víctimas de atropellos o colisiones cerca de 30 jóvenes británicos,
motivo por el que la prensa de este país bautizó a la ruta como
carretera de la muerte.
Blair hizo esta petición al Gobierno español en la Cámara de los
Comunes. Previamente, el parlamentario galés Mark Tami había
hablado de este asunto en la cámara baja británica a petición de la
familia de David, que murió con 19 años.
Tami relató ante los parlamentarios en la Cámara de los Comunes
la gran cantidad de muertes que se han registrado en la carretera
que une las poblaciones de Eivissa y Sant Antoni y en la que están
ubicadas dos de las discotecas más grandes del mundo.
A raíz del discurso de Tami, Blair pidió a su ministro de
Asuntos Exteriores, Jack Straw, que solicitara ese «esfuerzo» a la
diplomacia española. La presión dio sus frutos, porque poco después
la remodelación de esta ruta se incluyó en el convenio de
carreteras de Madrid con Balears.
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