Se tardó cerca de tres horas en apagar el fuego. Fotos: KIKE TABERNER
La Sunseeker, de 16 metros, cuesta unos 600.000 euros.

Una lancha Sunseeker de unos 16 metros de eslora comenzó ayer a arder cuando estaba entrando por la bocana en dirección al puerto deportivo de Marina Botafoch y acabó completamente destruida y casi hundida. No hubo heridos.

Al parecer, un cortocircuito en los motores originó las llamas, que se extendieron hasta la proa de esta lujosa Sunseeker que nueva cuesta unos 600.000 euros. Los tripulantes del barco, entre ellos el propietario, un ciudadano extranjero, tuvieron que lanzarse al agua cuando empezó el fuego y la embarcación quedó a la deriva hasta encallar contra las rocas del paseo del dique de Botafoc. El propietario de la lancha dijo que desconocía los motivos por los que las máquinas comenzaron a arder.

Enseguida llegaron los bomberos, que no encontraban la forma de sofocar las llamas. Cuando ya sólo quedaba humo, abrieron ventanillas y el oxígeno causó una pequeña deflagración que reavivó las llamas. Un barco de la Autoritat Portuària, cuyo chorro de agua no era capaz de alcanzar a las llamas, intentó ayudar a los bomberos, que tardaron cerca de tras horas en culminar su trabajo. Densas nubes de humo negro que podían verse desde varios kilómetros de distancia pintaron de negro el cielo de Marina Botafoch. Un penetrante olor a québlar y a plásticos quemados se extendió por buena parte de la ciudad. El agua de la zona quedó muy sucia.