EFE-ARGEL
La cifra de víctimas a causa del terremoto que asoló el norte de Argelia el pasado miércoles no deja de aumentar y la última sitúa ya en 1.600 los muertos y 7.207 los heridos, a pesar de que aún se producen rescates de personas vivas entre los escombros, más de 30 horas después del terremoto.

Doce personas, entre las que figura un bebé y una niña de 12 años, fueron ayer extraídas con vida de entre los cascotes de las viviendas destruidas, informó la radio nacional argelina. El bebé, de pocos meses y cuyos padres resultaron muertos, fue sacado de las ruinas de un edificio de apartamentos prefabricados situado en la llamada «ciudad de las 5.000 viviendas», en Bumerdés, la localidad más afectada.

Protección Civil y las Prefecturas de Argel y Bumerdés han calculado que los muertos a causa del terremoto podrían acercarse a las 2.000, la cifra más alta de víctimas provocadas por un seísmo desde 1980, cuando una sacudida sísmica causó la muerte de 3.000 personas en la provincia de El Asnam, al oeste de Argel.

Las labores de rescate se han intensificado con la llegada de equipos de salvamento procedentes de numerosos países, entre ellos Marruecos, Egipto, España, Francia, Italia, Alemania, Suiza, Rusia, Luxemburgo, Bélgica y el Reino Unido. Todos ellos, bajo la supervisión del responsable del grupo de coordinación de asuntos humanitarios del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), se reunieron en Bumerdés con sus colegas argelinos para repartirse las zonas prioritarias en sus labores de búsqueda. El equipo español de socorro montó tres hospitales móviles coincidiendo con la llegada de 60 bomberos.