EFE - KINSHASA
La confusión reina sobre el número de personas que podrían haber muerto al caer del avión en el que viajaban de Kinshasa a Lubumbashi, en la República Democrática de Congo (RDC), cuando se abrió la rampa de carga. Más de cien personas fallecieron en el siniestro, informaron ayer fuentes militares, aunque el ministro de Información de la RDC, Kikaya Binkarubi, dijo que «hasta siete personas fueron succionadas del avión» y que el resto de los viajeros se salvó. No se ha podido confirmar, de momento, el número total de víctimas. Otras fuentes militares indicaron que iban 129 pasajeros a bordo y que todos han desaparecido, mientras que según otras unas cuarenta personas se salvaron.

Un hospital de la capital congoleña informó de que daba tratamiento a nueve supervivientes. La tripulación rusa del avió, un Iliushin-76 de fabricación soviética que llevaba 45 minutos de vuelo cuando tuvo lugar el siniestro en la noche del jueves al viernes, logró que el aparato volviera al aeropuerto de Kinshasa.

La rampa de carga se abrió en vuelo debido de un fallo del sistema hidráulico, según el aeropuerto de Kinshasa. El Il-76, diseñado como aparato militar tanto de carga como de transporte de personal y que se estrenó en 1971, puede llevar hasta 140 pasajeros, pero se teme que iban a bordo un número muy superior de viajeros, entre ellos niños. Según algunos militares en Kinshasa, en el aparato de cuatro motores podía haber hasta 280 personas, entre militares y civiles, suponiendo que no se habían instalado todos los asientos. El pasado 19 de febrero un Il-76 se estrelló en Irán con 300 miembros de la Guardia Revolucionaria Iraní a bordo.