Una inspección de trabajo fortuita en la obra de unos adosados que se construían en Cala de Bou ha terminado llevando al banquillo a sus promotores y a un aparejador. El fiscal pide hasta dos años de cárcel para cada uno de los acusados al responsabilizarles de un presunto delito contra la seguridad de los trabajadores. Todo ello al entender que existía un claro riesgo para la integridad de los obreros de acuerdo con las distintas irregularidades detectadas por el citado inspector. El fiscal también reclama que cada uno de los imputados pague una multa de 5.400 euros.

«No había ninguna denuncia. Ese día visitaba el municipio y desde el coche vi el mal estado que presentaba la obra desde el exterior», explicó en el juicio que se celebró ayer el inspector cuyo informe ha motivado las actuaciones penales. Los adosados a que se refería se estaban edificando en la calle Huelva y fueron objeto de la inspección en febrero del año pasado. Los acusados, ligados a la sociedad Illes Bledes S.L., alegaron en la vista que la obra había estado parada durante ocho meses al cambiar la constructora y que cuando ocurrió todo se estaban tomando medidas para reiniciar los trabajos.

El inspector afirmó (y ayer se ratificó en el juicio que se celebró ante la responsable del juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa) que sorprendió a varios obreros trabajando sin que hubiera medida alguna de seguridad colectiva o particular que aminorara el peligro de que un empleado cayera desde alturas de cuatro y ocho metros. Así, relató que los obreros realizaban sus funciones sin que hubiera en la obra arneses o cinturones de seguridad y sin que estuvieran colocadas las barandillas de protección necesarias según el Plan de Seguridad pese a la existencia de «huecos». De igual modo, descubrió una grúa que, en vez de estar anclada, estaba sujeta con sacos y maderas y la cual, además, adolecía de pestillo de seguridad. Las presuntas irregularidades se completan con el «lamentable estado» del lugar que se estaba supuestamente utilizando como retrete y los riesgos de electrocución advertidos tras el examen que se efectuó al cuadro eléctrico por la falta de «impermeabilidad».