El acusado Luis Fernando Gómez Aránzazu oyó ayer el veredicto en la Audiencia Provincial en Palma.

La Audiencia, una vez conocido el veredicto unánime del jurado, tendrá ahora que decidir cuál será la condena que finalmente tendrá que cumplir Luis Fernando Gómez Aránzazu, el colombiano de 28 años que en la madrugada del 2 de febrero del pasado año mató a golpes al que fuera su amigo y su 'concuñado' José Oberdan Ospina Fran, de 35. Dicha muerte se produjo presuntamente después de una noche de copas y después de que la víctima, al llegar a un piso de los apartamentos Ibal de Platja d'en Bossa donde el homicida había hallado refugio, le recriminara a Luis Fernando Gómez su carácter violento y su facilidad para meterle en problemas.

El fiscal, precisamente por este motivo, ha pedido al tribunal que se le imponga al acusado la máxima pena de 15 años de prisión, considerando que Gómez Aránzazu es un delincuente «peligroso y muy agresivo». Se da la circunstancia de que dicha persona, como ya se informó, cometió el crimen poco después de que su ex compañera, con la que tenía una hija, le denunciara tras un supuesto nuevo capítulo de violencia doméstica que culminó con una presunta agresión sexual. Este hecho motivó que el sospechoso, pendiente de expulsión por carecer de 'papeles', se marchara de su piso y terminara pidiendo ayuda a su amigo José Oberdan.

El jurado, en una deliberación que se resolvió en casi todos los puntos por unanimidad, ha determinado que Luis Fernando Gómez no sufre ninguna dependencia a los estupefacientes o al alcohol y que en la noche del crimen tampoco iba excesivamente bebido o 'dominado' por la cocaína, tal y como mantuvo durante su declaración en la vista oral. Asimismo, ha descartado el argumento de la defensa en el que se intentaba probar que el último golpe -de los cinco contabilizados- en el cráneo sufrido por la víctima, y el que le mató, no fue producido de manera fortuita por un empujó sino producto de la retahíla de impactos que recibió José Oberdan cuando el homicida le agarró la cabeza con las manos y la proyectó repetidas veces contra el suelo.