J.F.MESTRE14/12/02 0:00
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El jurado popular que en la noche del jueves anunció su veredicto sobre el caso de la muerte violenta del empresario mallorquín Pedro Estarellas aceptó tres atenuantes que planteó el abogado defensor del único de los tres acusados que ha sido declarado culpable. En concreto, el jurado acepta la atenuante de drogadicción, de miedo y de colaboración con la justicia, lo obligará al juez a imponer una pena muy inferior a la que solicitaban las acusaciones, tanto la del fiscal como la del letrado que representaba a la familia de la víctima.

El veredicto del jurado, de alguna forma, fue sorprendente, porque tal como se había desarrollado el juicio casi nadie pensaba que se exculparía a dos de los tres acusados, ya que varios testigos contradijeron las declaraciones que habían realizado. El único que reconoció que había matado al empresario fue José María Cervelló y en su declaración implicó a los otros dos acusados, Sebastián Bibiloni y Pedro Pérez, defendidos por Luis Moreno y Bartomeu Oliver.

Sobre el primero dijo que le había facilitado la información sobre el empresario, y sobre Pérez afirmó, primero que le había acompañado hasta el domicilio de la víctima, y después que se habían repartido el dinero. Sin embargo, el jurado no se ha creído su declaración. Aún así, este acusado, defendido por el abogado Eduardo Valdivia, ha visto como el jurado popular no le condenaba por asesinato, sino por homicidio, lo que supone una pena de cárcel muy inferior, más aún cuando se han apreciado tres atenuantes.

De hecho, el letrado defensor pidió la pena mínima que se le podría imponer por este delito de homicidio con atenuantes que es de dos años y seis meses de prisión. El fiscal jefe, por ejemplo, pedía 23 años de prisión contra Cervelló, mientras que el abogado de la familia solicitaba 25 años. La familia de la víctima estuvo presente en la lectura del veredicto y se marchó decepcionada con la decisión del jurado. Las acusaciones están pendientes de que el juez Javier Mulet redacte la sentencia para decidir si se recurre el caso, aunque todo apunta a que la decisión del jurado todavía no es firme y será recurrida.