Unos restos humanos, ya un esqueleto, fueron encontrados ayer por unos excursionistas en un torrente de muy difícil acceso de Cala Llonga, zona en la que fue viso con certeza por última vez con vida Jeffrey Hodgson, el turista británico de 40 años de edad y disminuido psíquico que desapareció hace ahora más de quince meses cuando se iba a alojar con su familia en un hotel del lugar. El esqueleto estaba vestido con la misma ropa que presumiblemente llevaba Hodgson cuando fue visto por última vez: un pantalón azul oscuro,una camiseta amarilla y otra de fútbol blanca con franjas negras.

Las pruebas que se realicen en los próximos días, probablemente una genética inclusive, irán destinadas a confirmar la hipótesis más lógica, que el cadáver pertenezca a Jeffrey Hodgson. Otra coincidencia, aparte de la correspondencia entre el tiempo pasado y el estado de los restos, es que el turista padecía distintas minusvalías que hacían, en principio, impensable que se hubiera alejado solo de la zona por sus propios medios. Desde un principio se ha barajado que se hubiera despeñado.

Sin embargo, su propia familia, que ha ofrecido una recompensa de mil libras esterlinas (300.000 pesetas) y que ha colocado una página web en la red, llegó a plantear la posibilidad de un secuestro después de que durante los primeros meses se hicieran extensos y exhaustivos rastreos sin resultado por tierra, mar y aire, no sólo por Cala Llonga y sus alrededores sino también por otros puntos del término municipal de Santa Eulària. Los restos cuya naturaleza se investigaban anoche y que eran custodiados por fuerzas policiales, presumiblemente la Guardia Civil, fueron descubiertos en un torrente o de muy difícil acceso y visibilidad.

Hodgson se alejó de sus padres en la tarde del 8 de julio del año pasado cuando éstos se registraban en el Club Playa Imperial de Cala Llonga. Al parecer, se las ingenió para escaparse después de que momentos antes hubiera mostrado su disgusto al darse cuenta de que iba a pasar las vacaciones en Eivissa y no en la Costa Blanca, como él suponía en un principio.