El turista se cayó de una altura máxima de tres metros sobre estas rocas de Cala Bassa. Foto: V.F.

La nueva emergencia tuvo lugar sobre las tres y media de la tarde después de que un joven turista británico perdiera el equilibrio y se cayera de las rocas en un altura máxima de tres metros. Sus compañeros se asustaron al ver que sangraba por la cabeza y que, por unos instantes, había perdido el conocimiento. Según se recogió en el lugar de los hechos, sus amigos explicaron que podía haberse caído al sufrir un mareo tras haber pasado una noche de borrachera.

Efectivos de la Policía Local de Sant Josep y de la Guardia Civil, así como el 061 se movilizaron inmediatamente a la vez que desde el centro de emergencias del 112 se esperaban nuevos datos ante el temor de que fuera necesario montar un operativo mayor de rescate, algo que sí fue necesario en los dos anteriores fines de semana sin contar éste último pasado.

La víctima del accidente, un joven de unos 20 años, pudo ser recuperada por el personal sanitario del 061, que intervino con una UVI móvil al tenerse conocimiento del siniestro. Éste presentaba una brecha en la cabeza de la que fue atendido. El examen que fue realizado en el lugar de los hechos y la propia insistencia del paciente concluyeron que, al final, no era necesaria la evacuación del turista.

Más graves fueron los dos accidente habidos en las últimas semanas en dos puntos distantes de la isla. El más reciente se produjo en Santa Eulària, en la zona de es Canar, al precipiatrse desde quince metros un vecino de este municipio de 34 años. Tras varias horas de laboriosa intervención, con presencia de bomberos y de submarinistas de la Guardia Civil, se le evacuó por mar con múltiples fractura. Igual de grave fue el ocurrido siete días antes en Punta Galera, lugar donde un helicóptero del SAR rescató a un excursionista que sufrió heridas muy graves al despeñarse por el acantilado.