El cadáver de Ciril B., tras ser rescatado por la Guardia Civil de la torre des Savinar. Foto: V.FENOLLOSA.

Ciril B. fue hasta la torre des Savinar acompañado de un amigo cuando su propio sacrificio estaba preparado desde muchas horas antes. Se quedó en la torre después de decirle a su amigo que buscaba soledad para pintar. En una hoja llevaba una lista de todas las cosas que necesitaba para su macabro ritual, así como unos dibujos explicativos donde él mismo se representaba rodeado de símbolos esotéricos. En el mismo papel, encontrado por la Guardia Civil en los pantalones de la víctima, figuraba la hora en la que debía morir: las 11'15 horas del día de su cumpleaños.

El joven francés, que desde al menos este verano trabajaba en la Marina haciendo tatuajes de henna y que había viajado hace poco a la India, colocó doce velas en círculo en el piso inferior de la torre, piedras de cuarzo y una brújula apuntando al islote de es Vedrà. Nuevos datos que han trascendido han permitido conocer que antes de rociarse y prenderse fuego realizó un gran círculo de sal y otro central donde situó una estera de cuero con símbolos de magia a cada esquina. Desnudo, con la cara pintada, plumas en la cabeza y pulseras en pies y manos, se introdujo en la boca una gran figura de barro que imitaba a un escarabajo.

Un vaso de agua y diversos tipos de fruta fueron colocados junto a todos estos elementos. Tras sentarse en el centro del círculo más pequeño, se roció con gasolina y se cubrió de plásticos hasta que decidió encender una llama. Debían ser entonces las 11'15 horas. El forense realizó ayer mismo la autopsia a Ciril B., hallado ya calcinado por los excursionistas que lo descubrieron después del mediodía de anteayer.

Todo indica que la víctima, una persona de carácter introvertido, sin ninguna enfermedad conocida y que en los últimos días había aumentado sus horas de «meditación», estuvo consciente hasta el último momento, según señalan las pruebas realizadas, un hecho que descarta la posibilidad de un accidente. Las muestras tomadas y que han sido enviadas a analizar determinarán si el fallecido tomó algún estupefaciente antes de ejecutar el ritual.

Representado entre signos egipcios
La Policía Judicial de la Guardia Civil, una vez que ha identificado el cadáver, intenta conocer qué tipo de ritual realizó la víctima. El mismo Ciril B. se dibujó con una vara de mando en la mano derecha y con una llave de la vida en la derecha, así como la cabeza emplumada, signos de la religión faraónica de Egipto. En la estera de cuero donde cumplimentó el sacrificio figuraban pintados al menos otros dos signos jeroglíficos egipcios, una estrella de varias puntas y otra judaica.