Los bomberos se desplazaron en la madrugada de ayer a Sant Antoni,
a las instalaciones abandonadas de lo que antiguamente era la sala
de fiestas «sa Tanca», para extinguir un incendio que fue detectado
en el interior de un edificio en la que residen «okupas», uno de
ellos acuchillado hace dos semanas en lo que pareció ser un ajuste
de cuentas.
El fuego fue descubierto sobre las seis de la mañana. Los
bomberos tuvieron que intervenir principalmente en una chimenea y
en zonas donde había acumuladas basuras y desperdicios. Los agentes
de Policía, Guardia Civil y unidades de bomberos que actuaron en
este servicio dieron por controlado el fuego a la media hora de que
el Parque Insular recibiera el aviso. Los bomberos, sin embargo,
completaron su actuación al transcurrir una hora, momento en que
consta el regreso a su base de la carretera de Sant Antoni.
Aún se está pendiente de detener a la persona que supuestamente
propinó al menos cuatro cuchilladas, una de ellas, a Jerónimo G.R.,
un joven de 30 años de edad que vivía en «sa Tanca» y que fue
encontrada por un conductor en la carretera, a pocos metros de la
sala de fiestas cuando se desangraba. Una veintena de personas
habitaban hasta hace poco este edificio abandonado. Su «población»
aumenta en verano coincidiendo la llegada de más jóvenes a este
sitio.
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