El litoral pitiuso fue, este año, trágicamente mortal para una
quincena de personas, la mayor parte de ellos turistas extranjeros
que no tomaron precauciones a la hora de bañarse, navegar o caminar
por los acantilados. Un mes especialmente trágico fue el de julio.
Al menos hasta nueve casos mortales se registraron durante este,
casi todos ahogados cuando se bañaban tras sufrir un desmayo.
Los acantilados, por su parte, volvieron a ser un lugar con
destino fatal para varias personas, como ocurre todos los años. Un
joven alemán perdió la vida en abril en Punta Arabí al salir de
madrugada en una discoteca, justo en el mismo sitio donde el año
pasado se produjo un accidente similar. El acantilado de sa Penya
asimismo se cobró dos muertos: un turista suizo que cayó desde el
mirador final de la calle de la Virgen y un camarero italiano al
precipitarse desde otra zona cercana. Igualmente significativa fue
la muerte que sufrió en verano un joven que participaba en una
fiesta ilegal en Santa Agnès. Falleció en el acto al arrojarse al
agua desde un acantilado porque quería bañarse. Fue la primera
víctima mortal registrada en una fiesta ilegal
El último caso se contabiliza con el residente alemán de Roca Llisa
que se despeñó en Cap Nunó este mes cuando, tras sufrir un
naufragio con su piragua, intentaba ponerse a salvo escalando los
riscos. Otros tres naufragios mortales se registraron en las
Pitiüses, el de un velero que se hundió frente a es Codolar, una
colisión contra unas rocas en es Freus de una zodiac y, en este
sitio, la muerte de un pescador al caer por la borda de su barca.
Por último, cabe citar la muerte de un joven en San Antoni que fue
encontrado ya cadáver después de que practicara submarinismo en la
zona de ses Bledes.
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