La Sala de lo Contencioso Administrativo de la Audiencia Nacional
ha resuelto el caso del taxista de Calvià que está en un estado de
coma irreversible, después de sufrir un infarto al día siguiente de
haber sido dado de alta del Hospital de Son Dureta. Los familiares
del enfermo acudieron al tribunal contencioso para demandar al
Insalud por una inadecuada asistencia médica en el Hospital de Son
Dureta. El tribunal de la Sección Cuarta ha aceptado en parte la
demanda que presentó el abogado Ignacio Forteza Rey e indemniza a
los familiares con la cantidad de 40 millones de pesetas, de la que
tendrá que restarle el pago de las costas.
El tribunal considera que el paciente no recibió la asistencia
médica que se merecía y por este motivo condena al Insalud a hacer
frente a esta millonaria indemnización, una de las más altas que se
han concedido a un paciente que reside en Mallorca. Sin embargo,
los jueces rechazan la indemnización de 188 millones que reclamaba
la familia. Los hechos se remontan al mes de mayo de 1996. El
paciente, que en aquel momento tenía 49 años de edad, llevaba días
con dolor en el pecho, que llegó incluso a extenderse por los
brazos. El día 26 el dolor fue más intenso, que se convirtió en
náuseas y mareos. Su familia llamó a la ambulancia, que lo trasladó
a Son Dureta, y durante el trayecto el médico que le atendió ya
refirió que tenía dolor en el pecho. Al llegar al hospital el
facultativo que le atendió le facilitó una pastilla de cafinitrina,
lo que motivó que el dolor cediera. El mal estar volvió a las
cuatro horas, con una intensidad de dolor en el pecho.
Sin embargo, y a pesar de todos estos síntomas, el médico llegó
a la conclusión de que el paciente sufría un ardor de estómago,
descartando el inicio de un infarto. Los médicos le dieron de alta,
pese a los dolores del paciente, y le dijeron que lo que sufría
eran nervios y estrés, y que lo mejor era que fuera a su casa, se
tranquilizara y descansara. Esa noche el paciente durmió de manera
continuada tras tomarse una pastilla. A la mañana siguiente comenzó
a sentirse mal. El hombre se encontraba sólo y trece horas después
de ser dado de alta sufrió un infarto agudo. El enfermo no fue
atendido al momento, sino minutos después cuando su hija lo
encontró y avisó a la ambulancia. El sanitario logró remontar las
constantes vitales. Sin embargo, el cerebro quedó dañado por falta
de oxígeno. Desde ese momento el taxista está en coma irreversible
y su estado es el de un vegetal. El hombre precisa de un constante
cuidado, que recibe de su familiares. El tribunal condena al
Insalud por falta de atención al enfermo.
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