El cuerpo de Herbert Cura fue trasladado al puerto de Sant Antoni tras ser rescatado. Foto: V. F.

P.T./J.J.M. Un vecino alemán de Roca Llisa fue encontrado muerto al mediodía de ayer al despeñarse por un acantilado en Cap Nunó la tarde anterior al trepar hacia la cima, acción que intentó después de que volcara con su piragua y se refugiara en un risco mientras un amigo suyo iba a buscar ayuda. El cadáver de Herbert Cura, de 60 años, fue hallado por agentes de los Grupos Especiales de Actividades Subacuáticas (GEAS) entre las rocas tras un intenso rastreo por tierra y por mar en las horas previas.

La víctima presentaba dos heridas en la cabeza, lo que, a falta de la autopsia, hace presuponer que se precipitó, probablemente desde unos 20 metros, cuando intentaba la escalada. En un principio, sin embargo, se consideró la hipótesis más probable de que, tras el vuelco, recuperara las fuerzas y se hubiera hecho de nuevo a la mar para intentar por sus propios medios ir a alguna parte accesible del litoral. La búsqueda dio comienzo en la tarde de anteayer, cuando la Guardia Civil de Sant Antoni recibió la llamada del compañero de la víctima Dieter S., también alemán y de la misma edad que el fallecido, en la que informaba sobre la necesidad de rescatar a un piragüista que había volcado y que precisaba ayuda tras haberse cobijado en el acantilado de Cap Nunó.

Según relató el comunicante, ambos remaban en las proximidades de la citada costa -tras salir minutos antes de Cala Salada o la playa de Sant Miquel- cuando volcó la embarcación de Herbert C. Tras el naufragio, su compañero se las ingenió para arrastrarle hasta tierra firme, dejándolo a refugio de unas rocas al comprobar que su estado no era el más idóneo para continuar la singladura. Al parecer, la propia víctima pidió a su amigo junto a la piragua recuperada -del tipo kayak- que se fuera sin él no sin antes dejarle algo de abrigo, según varias fuentes consultadas.

Conocido el aviso, una dotación del GEAS se dirigió al lugar junto a Dieter S., descubriendo que Herbert Cura ya no se encontraba allí y su embarcación tampoco. Desde ese momento fue activado un dispositivo de búsqueda que incluyó tanto a los GEAS, Salvamento Marítimo, Cruz Roja de Mar y dotaciones terrestres de Cruz Roja. Tal y como relató ayer Pep Tur, coordinador de esta última institución, la búsqueda se alargó hasta cerca de las cuatro de la madrugada en una condiciones adversas para los equipos.

Concretamente, el dispositivo en el que se incluyó Cruz Roja operó a partir de las diez de la noche, en noche cerrada y con grandes dificultades para navegar cerca de la costa entre Caló d'es Moro y la Punta de ses Torres, área que fue rastreada con ayuda de potentes focos, incluyendo aquellos recodos y cuevas a los que se pudo acceder en arriesgadas maniobras con zodiacs y con el «Virgen de las Nieves», embarcación con base en Sant Antoni relevada al llegar el día por el «Illes Pitiüses».

Durante la noche se realizaron batidas para localizar alguna pista del desaparecido el cual, según se creía, iba provista de un chaleco reflectante y un traje de neopreno. Mientras, desde tierra el operativo rastreaba la línea de costa y visitaba casas cercanas en busca de algún rastro del náufrago, aunque sin ningún éxito. Avanzada la madrugada, se abandonó la búsqueda ante la dificultad para operar con garantías en la zona, tarea que se retomó a primera hora de la mañana de ayer por toda la costa noroeste con el apoyo aéreo de un helicóptero de Salvamento Marítimo, aeronave que localizó la piragua a media mañana entre las rocas, lo que provocó que los efectivos marítimos cercaran la zona. Poco después se halló el cadáver.