Los supervivientes, Lapahele Sopi, de 36 años, y Telea Pa'a, de
27, partieron el pasado mes de junio junto con otros dos
compañeros, To'o Ioani, de 52 años, que murió de sed y hambre al
cabo de un mes, y Tofi Lauvi, de 42, que falleció al mes siguiente.
Aunque en un principio Sopi y Pa'a rehusaron tirar los cuerpos de
sus compañeros por la borda, cuando los restos se empezaron a
descomponer no les quedó otra opción, según relataron tras ser
rescatados la pasada semana.
Una vez en el hospital, los dos samoanos explicaron que su
desgraciada singladura comenzó cuando capturaron un enorme pez,
cuyo peso hizo que el bote de aluminio en el que navegaban, de unos
siete metros de eslora, empezara a hundirse. Los samoanos lanzaron
de inmediato el pescado al mar pero al ver que no lograban evitar
el naufragio tuvieron que tirar sus dos motores de 50 caballos de
potencia, y las corrientes les arrastraron mar adentro.
Pasaron cuatro meses alimentándose de lo que pescaban y bebiendo
agua de lluvia y, ocasionalmente, el jugo de algunos cocos, que
procedentes de las islas habían sido arrastrados por las
corrientes. Finalmente, los náufragos llegaron hasta las costas de
la isla papuana de Normanby, situada en el extremo oriental del
país, donde fueron rescatados por un grupo de pescadores. Los dos
supervivientes se recuperan en el hospital General Alotau, en la
isla principal de Papúa y a unos 400 kilómetros de la capital, Port
Moresby.
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