Los cuatro vecinos de Sant Antoni imputados en la trama de trata de blancas que investiga un juzgado de Menorca han negado ante la juez que lleva el caso que en algún momento coaccionaran, amenazaran o violaran los derechos laborales de las mujeres que han estado a su cargo en algunos de sus clubes. Así lo hizo público sus abogados después de que el dueño del club «Blanco y Negro» y dos de sus camareros, así como su mujer, ésta última propietaria del menorquín «Escala» comparecieran ante la juez Clara Besa.

La letrada Isabel Lluch, representante del ibicenco Francisco C.O., dueño del local de Sant Antoni, indicó también que la posible acusación sobre un presunto delito de narcotráfico que se tramitaba ha desaparecido de las diligencias previas abiertas al comprobarse en los registros efectuados por la policía que no había droga en ninguno de los locales inspeccionados.