Andrés Moyá Bueno, un albañil de Manacor de 35 años, apareció
asesinado en la noche del lunes en una finca del Camí de sa Rotana,
cerca de la Ciudad. En uno de sus bolsillos apareció una carta de
póker, en lo que aparenta ser un ajuste de cuentas.
La fecha del crimen no está todavía concretada, pero todo hace
indicar que Andrés Moyá falleció entre el miércoles y el jueves de
la semana pasada, si bien este dato lo confirmará hoy la autopsia
que se realizará en Manacor. El lunes por la noche el encargado de
la finca Bandris Vell advirtió un intenso hedor y al acercarse a un
descampado observó, junto a un árbol, el cadáver de un hombre, boca
abajo y con una camiseta rodeándole la cabeza. Le habían anudado
una cuerda al cuello y ya se encontraba en descomposición. La
persona que descubrió el cadáver dio aviso al Cuerpo Nacional de
Policía y una patrulla se desplazó a aquel sembrado y, en efecto,
comprobó que se trataba de una muerte, en apariencia, violenta.
La falta de luz solar motivó que la policía pidiera la
colaboración de los bomberos. Una unidad provista de focos se
desplazó hasta aquel paraje e iluminó la zona para facilitar la
inspección ocular y el examen preliminar del cuerpo sin vida. El
levantamiento del cadáver, con todo, se pospuso hasta ayer por la
mañana y durante toda la noche varios policías custodiaron la
finca, para evitar que nadie alterara la escena del crimen. Al día
siguiente una comisión judicial visitó el solar de Manacor y el
forense Javier Alarcón examinó los restos de Andrés Moyá. Poco
después la empresa funeraria procedió al levantamiento del cadáver
y los investigadores visitaron las casas próximas para saber si
algún vecino había visto u oído algo extraño en los últimos días.
Catalina Pérez, la ex compañera sentimental del fallecido, también
fue citada a declarar en las dependencias policiales.
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