Manuel Ales Muñoz, de 21 años y conocido delincuente habitual de
Eivissa, ha estado en prisión preventiva durante algo más de un mes
acusado de intentar acabar con la vida de su hermano. Los cargos
que habían contra él en esta causa ya no valen de nada después de
que la propia víctima, que precisó ingreso hospitalario el pasado
mes de marzo tras caer al vacío por el acantilado de sa Penya, se
haya desdicho en la declaración judicial que se le practicó durante
la fase de instrucción.
El juzgado al que correspondía la investigación del caso no ha
encontrado nuevas pruebas que justificaran el mantenimiento del
proceso por lo que ya se ha dictado el sobreseimiento provisional
de la causa y la puesta en libertad del sospechoso. Esta decisión
se adoptó al venirse abajo la única prueba de cargo que había
contra Manuel Ales Muñoz.
Ninguna de las personas que oyeron los gritos de la víctima y
que acudieron en su auxilio vio nada que certifique el joven
ibicenco fuera empujado por su hermano para que cayera a la playa
de la que tuvo que ser rescatado y evacuado en ambulancia con
graves fracturas en la cara y en los brazos. Esto fue entonces lo
que declaró a la policía en el hospital el joven de 28 años que
días atrás no sólo negara en el juzgado que nadie de su familia le
arrojara por el precipicio sino también que previamente hubiera
recibido un fuerte golpe en la nuca. Ambos hermanos -según un
relato ya no válido- se habían encontrado en el acantilado el
pasado día 19 de marzo después de que el que fuera sospechoso de
tentativa de homicidio hubiera tenido una fuerte discusión familia,
una disputa posterior a otra en la que al parecer llegó a esgrimir
una navaja en tono amenazante.
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