La investigación judicial bajo secreto de sumario que se lleva ya a
cabo por la muerte del colombiano Pierre Alexander Cáceres puede
verse ante la dificultad de recabar el testimonio de uno de los
ocho implicados que la Guardia Civil ha identificado como
participantes en la reyerta mortal de la discoteca «Azúcar». Éste,
pese a tenerse todos los datos sobre su persona, se encuentra
desaparecido. Su ausencia ha impedido a la Guardia Civil tomarle
declaración, como sí ha hecho con los restantes implicados en la
disputa.
No hay en principio ningún indicio claro que haga pensar en que
el hombre desaparecido pueda tener más culpa que el resto que sí ha
podido ser interrogado. Se sabe, sin embargo, que sufrió al menos
un importante golpe. Al parecer, sobre él pesa ya una orden de
búsqueda y captura, aunque este extremo no ha podido ser
confirmado. La ausencia de este hombre bien puede estar relacionada
con el contexto que rodea a todos los implicados, casi todos
colombianos y muchos de ellos sin papeles de residencia en regla,
como es el caso de la víctima y de su amigo John Hernando, herido
en el tumulto.
De hecho, el informe presentado por la Benemérita en el juzgado
y del que ya informaba ayer Ultima Hora Ibiza y
Formentera recoge las múltiples contradicciones en la que incurren
los sospechosos a los que se ha tomado declaración.
Se presume que entre ellos, incluido el desaparecido, no sólo
está el presunto homicida sino también alguno que viera
directamente la agresión fatal. El problema está en que, como
también se destacaba en la información publicada en este periódico,
nadie ha incriminado a nadie y tampoco hay una manifestación de la
que se pueda extraer un dato concluyente, como si se intentara
colaborar pero poniéndose por delante un «código de silencio» por
las circunstancias personales propias de los inmigrantes. Además,
ni siquiera la autopsia ha resuelto como definitivo que se pudiera
haber empleado una navaja o cuchillo que seccionara la vena femoral
de Pierre Alexander.
«Alguien gritó de pronto que había una
navaja»
Uno de los empleados de la discoteca «Azúcar» relató que todo
ocurrió muy deprisa y que tras formarse un grupo con cinco o seis
personas vino el tumulto y los empujones. Éste, en declaraciones
ayer a Radio Ibiza Ser, indicó que en la barra se actuó con rapidez
para «intentar retirar de la barra las copas para que no pudieran
ser utilizadas en la pelea». Pese a ello, varios vasos fueron
astillados para ser empleados como arma. En medio de la reyerta,
además, «alguien gritó que había una navaja». Después quedó en un
charco de sangre la víctima, aún con vida, antes de que la sacaran
del local para evacuarla.
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